Los desastres naturales perjudican por igual a hombres y mujeres, pero sus efectos no son neutrales. Un informe del Banco Mundial de 2021 destaca que las catásfrofes, a menudo, refuerzan las desigualdades entre hombres y mujeres, y dificultan el acceso de éstas a los recursos disponibles.
Un estudio mundial citado por feminisminindia.com, y que viene a colación del terremoto en Turquía y Siria, indica que la mortalidad derivada de estos fenómenos tiende a ser mayor para las mujeres en regiones donde su nivel socioeconómico es inferior al de los hombres.
“Una de las formas en que están en desventaja con respecto a los hombres es en su capacidad para acceder a la información y a los recursos necesarios para prepararse, responder y hacer frente adecuadamente a un desastre, incluido el acceso a la alerta temprana y la vivienda segura, así como a cuentas bancarias para proteger los ahorros y los ingresos estables”, señala la publicación digital, que concluye que esta situación “está determinada por las normas de género prevalecientes y, por lo tanto, cada catástrofe natural compone un círculo vicioso”, en el que las mujeres quedan desfavorecidas siempre.
Es necesario un ‘enfoque de género’ para la gestión de desastres en todos los niveles de respuesta
Un análisis detallado de los resultados para las mujeres después de los cataclismos muestra que es necesario un ‘enfoque de género’ para la gestión de desastres en todos los niveles de respuesta.
La publicación digital refiere el exceso de muertes femeninas en el terremoto de Maharashtra de 1993 o el terremoto de Gujarat de 2001. El resultado diferencial se atribuyó al hecho de que las mujeres tienden normativamente a permanecer en el interior de los edificios. Igualmente, después del tsunami del Océano Índico de 2004, murieron 4 mujeres por cada hombre, en Aceh, Indonesia. Las indonesias no aprenden a trepar árboles o a nadar.
Aún no se dispone de datos desglosados del terremoto entre Turquía y Siria, pero, según la ONU, la amenaza más inmediata son los 350.000 embarazos en Siria y Turquía. Las mujeres sirias, además, agotadas por los últimos doce años de conflicto, soportan niveles insoportables de estrés.
El drama de las sirias
Según los datos de la ONU, el número de hogares encabezados por mujeres en Siria ha aumentado en un 80% desde que comenzó la guerra, ya que muchos hombres en la última década fueron expulsados del país, asesinados o mutilados en la guerra. Además, incluso antes de la guerra, 7 millones de mujeres sirias necesitaban servicios de salud críticos y apoyo contra la violencia física y sexual.
El terremoto de Turquía y Siria, no sólo ha vuelto a poner de relieve las diferencias de impacto de género en los daños ocasionados, sino también cuestiones éticas relacionadas con los compromisos geopolíticos.
El terremoto se ha sumado a una creciente lista de amenazas que enfrenta la población civil siria
El abrumador apoyo recibido por Turquía es una extensión de la sanción de Occidente contra el régimen de Bashar al-Assad tras el desbordamiento de la Primavera Árabe de 2011. El terremoto se ha sumado a una creciente lista de amenazas que enfrenta la población civil siria, que, según las estimaciones, también se considera la mayor población refugiada del mundo.
Ambiciones geopolíticas
Un informe de 2022 de la ONU señala que más de 306.000 civiles murieron durante los 10 años del conflicto sirio. Las estimaciones de pérdida de vidas por el terremoto en Siria se cifran solo en 6.000, a pesar de constituir el mayor desastre natural que ha golpeado a la región en los últimos 200 años.
Las sanciones y la apatía general de Occidente, junto con la lucha en curso de Siria contra un brote de cólera, han generado el potencial para una crisis humanitaria sin precedentes a medida que se evalúa el alcance total del daño.
Feminisminindia.com destaca que, en estas situaciones, resultan cruciales, tanto un enfoque político más sensible al género, como una reorientación diplomática en la que el coste de una vida humana, sea del país que sea, tenga prioridad sobre las ambiciones geopolíticas individuales.