La organización juvenil Eragin se movilizará hoy, viernes, en Bilbao, contra las casas de apuestas. La marcha partirá a las 19.30 de la plaza Zabalburu.
Este es el comunicado que han hecho público:
Desde Eragin, llevamos 2 años expandiendo el discurso en contra de las casas de apuestas en nuestra ciudad. Esta lucha está dando sus frutos, y cada vez somos más las y los que vemos a estas empresas como una lacra para la juventud y la clase trabajadora en general.
El 28 de febrero del 2019 presentamos una moción en el Ayuntamiento de Bilbao, con medidas mínimas para regular a estos negocios, pero el equipo de gobierno del PNV PSE decidió no aprobarlo.
Si bien el Ayuntamiento ha decidido no dar más licencias, no han adoptado ninguna medida contra las más de 50 casas de apuestas y salones de juegos que ocupan nuestros barrios y la publicidad en el espacio público. La situación en algunos barrios de Bilbo es insoportable: Zabalburu tiene 4 salones de juegos, 2 casas de apuestas y un bingo, en Deusto 5 salones de juego, Recalde 4, Santuxu 4, Alde Zaharra 4… Además, 32 centros escolares de Bilbo tienen un salón de juego a menos de 100m. de distancia.
Gracias a la movilización de la sociedad civil y los movimientos populares, estos últimos días hemos conocido las primeras medidas sobre el juego. Pero tenemos que decir con firmeza que las medidas adoptadas no van a poner solución a la lacra de las casas de apuestas ni tampoco son medidas que puedan ser consideradas de mínimos. Nos preguntamos si realmente el lobby del juego está presionando para que no se profundice y así erradicar de raíz el problema. En caso de ser cierto habría que aclararlo y no dejarse llevar en ningún momento por ese poder omnipresente.
“Aumenta el rechazo popular hacia lo que llegó como un inocente entretenimiento promocionado por simpáticas caras conocidas”
No queremos reformar lo que debe ser eliminado de las calles. No queremos simplemente retocar y maquillar la miseria y la ludopatía de nuestros barrios.
Cada vez respiramos más nítido el descontento contra las casas de apuestas en nuestros barrios, el hastío hacia su omnipresencia en la publicidad de nuestros equipos. Las movilizaciones y las batallas ideológicas que hemos librado están consiguiendo aumentar el rechazo popular hacia lo que llegó como un inocente entretenimiento promocionado por simpáticas caras conocidas. Cada vez vemos más claro las sombras de esta lacra: la farsa que supone esa idea individualista de que alguien puede salir por sí mismo de su situación de pobreza, el endeudamiento progresivo de los más vulnerables, la ludopatía entre la juventud y el empleo precario en sus locales y, por supuesto, el enriquecimiento de los de siempre a costa de nuestra miseria.
