¿Qué opinaba bell hooks sobre el feminismo, el racismo y el amor?

Bell hooks, considerada una de las intelectuales feministas más importantes de su generación ha fallecido hoy a los 69 años en Berea (Kentucky – EE UU). La familia ha informado en twitter de que ha hecho “su transición en casa, rodeada de familiares y amigos” y anuncia que próximamente organizará una “celebración de la vida” en su recuerdo.

Nacida en 1952 en una familia trabajadora en Hopkinsville, Kentucky (EE UU), fue bautizada como Gloria Watkins y más tarde adoptaría el seudónimo bell hooks. Era el nombre de su bisabuela y lo escribía con minúscula.

“Queríamos decir que éramos el producto de las mujeres que nos precedieron”

Las razones de esta elección y de ese tratamiento tipográfico las explicaba en una entrevista concedida a ‘Northeastern Anarchist’, en 2011: “Cuando el movimiento feminista estaba en su apogeo a finales de los años 60 y principios de los 70, se alejaba mucho de la idea de la persona. Era: hablemos de las ideas que hay detrás del trabajo, y las personas importan menos. Muchas de nosotras adoptamos los nombres de nuestras antepasadas -Bell Hooks es mi bisabuela materna- para honrarlas y desmentir la idea de que éramos mujeres únicas y excepcionales. Queríamos decir que, en realidad, éramos el producto de las mujeres que nos precedieron”.

Más de una treintena de obras

Su carrera como escritora abarca cuatro décadas, en las que ha firmado más de una treintena de obras sobre el racismo, feminismo y cultura. Destaca por identificar y desafiar los sistemas de opresión y dominación basados en la raza, el sexo y la clase. En la misma entrevista se refería también a estas últimas cuestiones.

Preguntada por la teoría interseccional que ella popularizó explica: “La interseccionalidad nos permite centrarnos en lo que es más importante en un momento dado. Yo solía decir a la gente que, si se encuentra en una situación doméstica en la que el hombre es violento, se centre en el patriarcado y la dominación masculina si es lo que se necesita para cambiar su situación”.

Es decir, aun reconociendo la interacción entre discriminaciones múltiples (raza, género, clase, preferencia sexual y religión…), en un momento dado hay algo de todo ello que se impone.  “Por ejemplo, ahora mismo, para muchos estadounidenses, la clase social está en primer plano como nunca antes debido a la situación económica. Eso no significa que el racismo no actúe, pero cuando la gente se levanta por la mañana lo que mueve su mundo son realmente cuestiones de clase, economía y poder”.

“El enemigo de esta batalla no son los hombres, sino el pensamiento sexista instaurado tanto en hombres como en mujeres”

Una de sus obras más populares fue ‘El feminismo es para todo el mundo’. En ella propone que el feminismo tiene el potencial de cambiar la vida de las mujeres pero que los hombres deben tomar conciencia del sexismo y renunciar a sus privilegios masculinos. De hecho, para ella, “el enemigo de esta batalla no son los hombres, sino el pensamiento sexista que se encuentra instaurado tanto en hombres como en mujeres”.

El racismo, que ella padeció, también ocupó un lugar destacado en su pensamiento. En la citada publicación, según la profesora mexicana Leticia Moreno Elizalde, criticaba un “feminismo blanco que, aprendió de la lucha de la población afronorteamericana por los derechos civiles para lograr sus propios derechos, pero no integró ningún compromiso por la lucha antirracista. Todo lo contrario, las feministas se negaron a examinar el impacto que tenía la raza, colocando el género como único centro de sus luchas. Por lo que la experiencia de las mujeres negras, la mayoría en situación de pobreza, era anulada de las luchas feministas”.

A principios de la década de 2000, hooks publicó una serie de libros sobre el amor y las relaciones humanas. Sus opiniones sobre estas cuestiones abren un horizonte a nuevas formas de entendimiento. No obstante, apunta a las creencias asociadas a la masculinidad y la feminidad como un obstáculo insalvable.

“La gente prefiere conformarse con una falsificación del amor que hacer realmente el trabajo del amor”

El verdadero trabajo del amor

El digital ‘Shodanland’ publicó un conversación con hooks, en la que ésta manifestaba que “el verdadero trabajo del amor es muy difícil. Requiere integridad, que haya una congruencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Creo que el romance tiene la sensación totalmente diferente de “es fácil, va y viene”, por lo que creo que la gente prefiere conformarse con una falsificación del amor que hacer realmente el trabajo del amor. Porque el trabajo del amor tiene que ver, ante todo, con conocer a una persona y no es fácil llegar a conocer a alguien”.

Y es que el amor entre un hombre y una mujer es difícil debido a los mecanismos de dominación-sumisión que se suelen establecer en las parejas heterosexuales. “Veo a las mujeres hoy en día trabajando a tiempo completo, pero todavía haciendo la mayor parte del trabajo doméstico y la mayor parte del cuidado. Conozco a muchas más mujeres que viven solas, especialmente mujeres de más de 40 años, porque han tenido relaciones increíblemente desagradables, crueles y abusivas con hombres, y simplemente no tienen intención de experimentar eso una y otra vez. Pero no veo que vivan solas como una declaración de poder y autorrealización. Es casi como una forma de autoprotección”.

“Si cambia el patriarcado dentro de los sistemas familiares hay esperanza para el amor”

Un maltratador dentro

La mayoría de los hombres, para hooks, son patriarcales y tienen un maltratador dentro porque el patriarcado los ha entrenado desde la infancia. Así, “el hombre más agradable puede entrar en una situación en la que ese maltratador puede, de repente, cobrar vida”. En su opinión, deberían construirse “campos terapéuticos donde se les enseñe a los hombres a amar”.

Se congratulaba, no obstante, de ver cada vez a más familias o comunidades que se relacionan de formas sanas.  “Cuando las personas son cariñosas, el mundo es diferente. Es un mundo increíble. Es un mundo de paz. No es que no tengan dolor, pero saben cómo manejar su dolor de una manera que no es auto-negadora. Así que creo que en la medida en que empecemos a mirar de nuevo a la familia y a desafiar y cambiar el patriarcado dentro de los sistemas familiares, independientemente de lo que sean esas familias, hay esperanza para el amor”.