La asociación contra la violencia machista Andereak de Durango ha convocado para mañana en Durango (18.30 horas, Andra Mari) una concentración en apoyo a la gasteiztarra Inmaculada Fuentes, a quien arrancaron a su hijo con el pretexto del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP). El niño está actualmente en tratamiento por un linfoma y no le dejan verlo.
Esta madre protectora, que acudirá a la concentración y leerá un manifiesto, ha comparecido esta semana ante la comisión de Justicia del Gobierno vasco para explicar su situación. En esa cita, afirmó que está viviendo un “suplicio” a causa de la violencia institucional que está padeciendo por parte del área del Menor de la Diputación.
Ese organismo aplicó ‘desamparo por instrumentalización’, una de las denominaciones que han sustituido al falso SAP pero que implican el mismo castigo, y su hijo fue llevado a un piso tutelado. El chaval se tenía que comunicar con ella a través de correos que le hacían llegar otras personas.
Posteriormente se lo entregaron al padre, a quien, según Fuentes, “habían sacado de la vivienda por violencia doméstica”. Eso se produjo, añadió, por “irregularidades en los juzgados, avaladas por la Audiencia Provincial”.
“Persecución a madres protectoras”
Desde octubre de 2021 no ha podido ver a su hijo y las instituciones no han tenido en cuenta el deseo de éste de volver a casa de su madre y de su hermana. “Nuevamente vulneran sus derechos manteniendo la custodia de un padre maltratador”, acusa.
El padre denunció a ambas por “maltrato psicológico”. La jueza del juzgado de instrucción número 2 le impuso a la madre una orden de alejamiento y estableció visitas en un punto de encuentro, pero las reuniones no han podido llevarse a cabo.
“La persecución a las madres protectoras ha llegado al límite de lo soportable con la condena y encarcelamiento de María Salmerón”
Cuando ingresaron a su hijo en el hospital de Cruces para tratarlo del linfoma que padece sí que pudo verlo porque, según explicó, el padre levantó por su cuenta la orden de alejamiento durante tres días. Hasta ahí. Desde entonces no recibe información ni puede visitarlo. “Seguimos esperando. No queremos juguetes rotos”, advirtió.
Su hija, que ahora es mayor de edad y nunca ha querido vivir con su padre, compareció también en la comisión de Justicia para apoyarla.
La asociación Andereak considera este caso y otros como el de Irune Costumero “tortura institucional” y “persecución de las madres protectoras”, situación que “ha llegado al límite de lo soportable con la condena y encarcelamiento de María Salmerón”.