El sindicato de Las Kellys, que agrupa a las camareras de piso hoteleras que luchan denodadamente por sus derechos humanos y laborales, se ha embarcado en un ambicioso proyecto: una central de reservas que garantice un trabajo justo y de calidad.
La central, la gestionarían directamente ellas en los hoteles donde tienen representación. Han iniciado una campaña de aportaciones para hacer posible el proyecto. La recogida de fondos se efectuará hasta finales de agosto. Esperan poner en marcha la iniciativa en cuanto reúnan la cantidad necesaria y calculan que será el próximo año.
Las Kellys se han venido quejando reiteradamente, y con razón, de la gran carga de trabajo que soportan y de sus sueldos de miseria. Sus luchas han cosechado grandes éxitos, pero siempre supeditadas a la buena o mala de la voluntad del empresariado.
Esta relación cambiará con la central de reservas, ya que piensan que podrán “asegurar, con total certeza que se respetan los derechos de los/as trabajadores/as y no existe explotación”, argumentan.
Acabar con la precariedad y la conflictividad
Sueñan en grande. Tienen puestas sus miras en un turismo de nueva era, “basado en el respeto, la belleza y el bienestar, que anteponga los intereses humanos a los mercantiles en todo el planeta”. Quieren, de hecho, demostrar que proteger los intereses humanos de la especulación “es rentable, genera riqueza, felicidad, paz, confianza y amor en la gente”.
En el orden práctico, sus objetivos se centran en evitar despidos “objetivos” masivos por cierres de hoteles que pudieran producirse en otoño por la crisis del sector; mantener el empleo; generar prosperidad y asegurar el respeto pacífico de los derechos laborales desde el minuto uno, sin necesidad de conflictividad sindical ni judicial.
Y es que pretenden transformar el paradigma actual de las relaciones laborales, lo que implica acabar con la precariedad laboral, la pobreza, la conflictividad, la maldad y la deshonestidad entre plantillas y empresariado.