La violencia sexual en las guerras se suele materializar habitualmente en la violación de mujeres. Kobanê, población del Kurdistan sirio (Rojava), vivió durante seis meses y dos días el asedio del Dáesh (Estado Islámico), lo que llevó a un nutrido grupo de mujeres a formar sus propias unidades armadas de protección popular (YPG) para defender su integridad y su vida. Lograron su objetivo: en marzo de 2015, la población kurda expulsó definitivamente a los invasores de su territorio.
El 24 de marzo del 2017, Durango se hermanó con Kobanê. Un año después, cinco mujeres de Durango, que luego constitutuyeron la asociación Suargi, viajaron a Rojava. Fruto de esa experiencia es el documental ‘Iraultzaren Haziak (‘Semillas de la Revolución’), que se estrenará en Plateruena Kafe Antzokia de Durango, el próximo miércoles, día 19, a las 19.30 horas. Suargi recalca que se ha elegido ese día por ser el dedicado a la Eliminación de la violencia Sexual en Conflictos. El pase se complementará con una exposición en el mismo espacio hasta el día 23.
“No hay una tesis que guíe la pieza”
La película, de 22 minutos de duración, ha sido dirigido por la periodista duranguesa Raquel Calvo Larralde, quien aclara que “no es un documental para festivales”, sino que se trata de “una herramienta audiovisual para generar debate”. De hecho, tras la proyección se abrirá un coloquio con la directora y las mujeres de Suargi, según indican desde esa asociación en una nota.
En opinión de Calvo, un viaje de estas características genera emociones intensas que se quieren compartir a la vuelta, pero que con el paso del tiempo van menguando, por lo que el documental aporta a las componentes de Suargi “un soporte que les ayude a explicar todo lo vivido”.
Una de las características del trabajo radica en que “no hay una tesis que guíe la pieza, hay muchos hilos de los que tirar, reflexiones que les surgieron al encontrarse con las mujeres sirias y que quieren traer a Durango”.
Amplia colaboración de personas e instituciones
El documental está basado en imágenes rodadas en Kobanê y entrevistas a mujeres que visitaron ese municipio. También contiene secuencias de cursos en la casa de las mujeres Andragunea de Durango, pues fue ahí donde surgió Suargi y es un espacio de articulación del feminismo, señala Calvo. “Se ha buscado la conexión con la gente de Durango en momentos de aprendizaje y de activismo”, añade.
La asociación cultural Gerediaga ha cedido imágenes del bombardeo de Durango, ya que ambas poblaciones están también conectadas por haber sufrido ese tipo de ataques. Desde el teatro de San Agustín, dos txalapartaris aportan viveza a la narración.
La película está rodada en cuatro idiomas: castellano, euskera, inglés y kurdo, con una versión subtitulada en euskera y otra en castellano. Con Calvo han colaborado en este proyecto una gran cantidad de personas, empresas e instituciones. En la grabación y edición han participado Amagoia Murua, Juan Arrosagaray, Mikel Alberdi e Ignacio Samaniego, y en la traducción Maryam Fathi eta Mamat Ahmad. Para la directora, la experiencia ha supuesto “reconectar con Durango y sus asociaciones, lo que para mí es algo muy importante” y ha representado un “plus para decidirme a hacer este trabajo”.