Colectivos feministas mexicanos y familiares de víctimas han tomado un edificio oficial del centro de Ciudad de México en protesta por la violencia machista que asola al país, y la desidia de las instituciones para combatirla.
“Estamos aquí para que el mundo entero sepa que en México matan a las mujeres y nadie hace nada al respecto”, dijo Yesenia Zamudio, del Frente Nacional Ni Una Menos, que sigue pidiendo justicia por el asesinato de su hija de 19 años hace cuatro años.
Según informan distintos medios, el pasado día 3, las mujeres, vestidas con capuchas negras y ‘armadas’ con pintura en aerosol, irrumpieron en la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México. Tras desalojar al personal, retiraron las pinturas de los héroes revolucionarios y rebautizaron el edificio como ‘Okupa, Casa de Refugio Ni Una Menos México’.
La Policía ha entrado en el edificio para desalojarlas esta misma mañana
Su objetivo es presionar a las autoridades para que apliquen medidas urgentes y efectivas contra la violencia hacia las mujeres, y han conseguido interlocución.
El periódico ‘La Jornada’ informa hoy de que la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, “anunció que acepta el pliego petitorio del Frente Nacional Ni Una Menos, organizaciones civiles y víctimas de violaciones a derechos fundamentales —que mantienen tomado el edificio del Centro Histórico—, el cual fue presentado hoy”.
Sin embargo, al mismo tiempo, esta misma mañana, la Policía ha entrado en el edificio para desalojarlas. Ni Una Menos México urge a denunciar y a difundir las imágenes de la represión policial.
Cadena de acciones
Esta acción feminista no es un hecho aislado. Desde agosto de 2019, después de varios asesinatos que sacudieron al país, las manifestantes han ejecutado acciones contras organismos públicos, una de las cuales fue salpicar con pintura roja de sangre las puertas del Palacio Nacional.
Los activistas denuncian que un promedio de 11 mujeres son asesinadas diariamente y los responsables rara vez son llevados ante la justicia. Acusan, además, al Presidente, Andrés Manuel López Obrador, y otros funcionarios, de desestimar muchas de sus demandas de protección.
Las feministas mexicanas se han dado cuenta de que este tipo de actos de protesta son el único medio eficaz de llamar la atención sobre las acciones que han impulsado desde los asesinatos de cientos de mujeres en la ciudad fronteriza de Juárez a partir del decenio de 1990.