La caza de brujas, mejor dicho, la persecución de mujeres sabias y disidentes, no terminó en la Edad Moderna, sino que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX. Lo revela la revista mensual catalana de divulgación histórica ‘Sapiens’.
La edición de este mes incluye una amplia investigación sobre esta cuestión y promueve un manifiesto para reivindicar, dignificar y reparar la memoria de esas mujeres. La declaración va de la mano de una campaña en redes con el hastag #noerenbruixes, eran mujeres, a la que más de un centenar de especialistas en Historia se han sumado, además de particulares.
El manifiesto constata que la caza de brujas es un claro ejemplo de los ataques y la discriminación a la que las mujeres han sido sometidas a lo largo de la historia. “En el siglo XV, en una sociedad impregnada por la misoginia, muchas fueron acusadas injustamente de provocar muerte y destrucción, y se las trató como miembros de una organización criminal liderada por el mismo diablo”.
Cataluña fue uno de los lugares de Europa donde hubo más acusadas de brujería. Se ha recuperado el nombre de más de setecientas
La base para incriminarlas, prosigue el escrito, “era la mentira y el modo de forzarlas a confesar estos crímenes inverosímiles eran las torturas más terribles”. Aquellas mujeres “fueron el chivo expiatorio de una sociedad convencida del origen maléfico de sus desgracias y dispuesta a buscar a las culpables y señalarlas”.
La declaración constata que Cataluña fue uno de los lugares de Europa donde más mujeres fueron acusadas de brujería. Recientemente, se ha recuperado el nombre de más de setecientas de ellas que, entre los siglos XV y XVIII, fueron torturadas y ejecutadas en la horca.
Se trata de “inmigradas, pobres, sanadoras, mujeres conflictivas, viudas ... Estigmatizadas y señaladas por sus propios vecinos y vecinas como ‘brujas y veneno”.
La revista incorpora un atlas interactivo con los lugares donde se produjo la caza de brujas y señala los períodos más significativos de estos ataques a las mujeres. La información ha sido extraída de la base de datos, aún inédita, confeccionada en los últimos diez años por el historiador Pablo Castillo Granados (IRCVM-UB).
También señala los períodos más significativos de la represión:
1471
Los inicios
Cataluña es de los primeros lugares de Europa donde se emprenden acciones judiciales en nombre del crimen de brujería. Según las fuentes del siglo XV, “muchas mujeres” fueron ejecutadas por todo el país durante las primeras décacadas de la cacería pero aquellas actuaciones, llevadas a término mayoritariamente por la justicia seglar, casi no han dejado rastro documental.
1512
Los Pirineos embrujados
Con el paso a la época moderna, aumenta el volumen de documentación conservada y se consolida una tendencia clara en el territorio: en las zonas de montaña, la cacería se convierte en un fenómeno recurrente y endémico mientras que las villas y ciudades se observan picos represivos separados por periodos de baja intensidad persecutoria.
1548
La extensión de la plaga
Entre los años 1548-1550, tuvo lugar la primera gran ola represiva en las tierras centrales y meridionales del Principado. En un contexto de epidemias y carestía, un descubridor de brujas, llamado maestro Malet, recorrió diversas villas y ciudades del país (a petición de la misma población y de las autoridades locales), en los que identificó a decenas de mujeres
1574
La calma antes de la tempestad
Continúa el goteo constante de condenas a muerte por brujería, especialmente en las zonas de montaña. Las pocas acusadas que pudieron llevar su caso al Santo Oficio de la Inquisición, con sede en Barcelona, acabaron siendo absueltas o condenadas a penas leves.
1618
El cénit de la cacería
A principios del siglo XVII, coincidiendo con un episodio de desastres climáticos, miillares de mujeres fueron juzgadas por toda Cataluña, acusadas de de invocar granizos y de provocar la enfermedad y muerte de sus vecinos. En 1662, la autoridades virreinales tomaron el control de los centenares de juicios en curso y absolvieron a las acusadas.
1673
Los últimos juicios?
La persecución fue cesando progresivamente a medida que los tribunales dejaban de considerar la brujería como un crimen real. A pesar de algunos brotes puntuales, los juicios por brujería acabaron desapareciendo, pero en muchas poblaciones catalanas se continuó señalando a determinadas mujeres como las culpables de las desgracias hasta bien entrado el siglo XX.
¿Y continúa…?