Metro Bilbao ha indignado con una campaña publicitaria que saluda y avala el uso de vientres de alquiler, una práctica prohibida en el Estado y que el movimiento feminista rechaza por tratarse de una forma de explotación del cuerpo de las mujeres, y más en concreto de las mujeres en situaciones de vulnerabilida.
En una fotografía colocada en los vagones donde se ve a dos hombres sosteniendo a una criatura se lee: “El gran viaje de nuestra vida se gestó a miles de kilómetros, nuestros viajes de cada día a un metro, zorionak”.
Las redes sociales difundieron ayer mensajes de feministas y abolicionistas de la prostitución la pornografía y los vientres de alquiler ofendidas por esta iniciativa. La profesora de autodefensa feminista Maitena Monroy, por ejemplo escribía en twitter: “Esta publicidad, ahora, en el metro de Bilbao. Metro Bilbao: Se llama explotación reproductiva lo que estáis aplaudiendo. ¿El 25 de Noviembre vais a hacer carteles contra la Violencia de Género?”.
La historiadora y componente de la plataforma abolicionista navarra Yolanda Rodríguez Villegas señalaba en la misma red social: “Mirad este cartel en el metro de Bilbao. Una sonriente pareja de hombres sostiene a una criatura fruto de un vientre de alquiler, a juzgar por el texto, y comparan la explotación reproductiva con viajar en metro. Ascazo máximo”.
Violencia máxima contra las mujeres
Los movimientos abolicionistas de la prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler consideran estas tres prácticas la expresión máxima de la violencia contra las mujeres. El alquiler de vientres está prohibido en el Estado pero es legal de hecho, ya que se permite el registro de las criaturas nacidas por esta vía en el extranjero.
Asociaciones feministas y de derechos humanos han denunciado reiteradamente la existencia de granjas de mujeres cuyo vientre se utiliza para gestar criaturas de parejas adineradas en distintos países donde la explotación reproductiva es legal. En la gran mayoría de los casos, esta práctica es un negocio suculento, pero no para las mujeres explotadas. Algunas pocas se someten a ella por motivos altruistas.
Durante el confinamiento de primavera por la pandemia del Covid, decenas de niños y niñas nacidas por explotación reproductiva quedaron varados durante semanas durante meses en un hotel de Kiev (Ucrania). Las imágenes que los mostraban estremecieron al mundo.