Las veteranas del Amorebieta hacen historia en el fútbol vizcaíno

La fuerza de voluntad permite romper barreras y superar dificultades para alcanzar todo tipo de objetivos. Incluso puede impulsar más allá de lo esperado para alcanzar cimas sorprendentes. De ilusión, complicaciones y logros saben mucho las mujeres zornotzarras que han luchado durante meses por dar vida a un equipo de fútbol femenino veterano y que han impulsado la creación de la primera liga de la categoría en Bizkaia.

La iniciativa de unas chicas de Etxebarri a la hora de organizar un equipo veterano despertó el interés de varias aficionadas zornotzarras para emular la idea. Con la idea de arrancar el proyecto, contactaron con su vecina Beatriz Abad que ya había intentado poner en marcha un equipo de fútbol sala antes de la pandemia.

El confinamiento impidió que este plan diera frutos, pero quedó la experiencia de poner en marcha un proyecto de características similares. Además, la creación de un grupo de WhatsApp para captar posibles jugadoras en Amorebieta demostró que había suficiente interés para que valiera la pena intentarlo.

Paralelamente, una chica de Santurtzi –también animada por la experiencia de Etxebarri– abrió otro grupo en Facebook para contactar con mujeres interesadas en formar un equipo de veteranas en esa localidad, al que se unieron más de 20 personas.

“A estas alturas ya veíamos que había ganas de sacar adelante nuevos equipos, que se sumarían al de Etxebarri, con el que podríamos organizar partidos amistosos”, recuerda Abad. Apoyándose en las lecciones aprendidas por las promotoras de este último conjunto, en abril de 2023 comenzó el arduo intento de hacer realidad este proyecto en Amorebieta.

Lo primero era dar con un club que mostrara su apoyo. “Sabía que no iba a ser fácil conseguir ayuda, porque las chicas de Santurtzi me contaban los rechazos que recibían y las decepciones que se llevaban, aunque al final lograron la ayuda del Dinamo San Juan”, señala Abad.

Primeros pasos

Animada por esta noticia “redacté una serie de cartas que se enviaron a varios técnicos municipales y a la Sociedad Deportiva Amorebieta (SDA) para que vieran que íbamos en serio”. Tras un tiempo de silencio que se antojó demasiado largo, “el club accedió y nos comunicó que apostaban por nuestro proyecto”.

No era este, ni mucho menos, el final del camino. Amorebieta y Dinamo San Juan daban sus titubeantes primeros pasos enfrentándose a las mismas dificultades. “Nos poníamos al día para conocer nuestros avances o si habíamos conseguido algún campo para entrenar… Había muchos detalles a tener en cuenta que nos ha costado un riñón completar”, comenta.

Estos problemas iniciales y la lentitud en completar los trámites provocaron que algunas de las primeras mujeres en apuntarse se fuesen descolgando. Ni siquiera disponían de un espacio para entrenar y era complicado coordinar las horas, porque muchas de las jugadoras tenían compromisos laborales y familiares a lo largo de todo el día.

Pero tenían tantas ganas de empezar a jugar “que comenzamos en un campo de futbito, sin disponer de duchas, y en un horario de 20.00 a 21.00 horas. El primer día, nos presentamos cuatro”.

“La satisfacción con la que dábamos patadas al balón hizo que valiera la pena todo el esfuerzo previo”

Este fue otro de los momentos de inflexión. Con todo el esfuerzo realizado para llegar hasta este punto, “ahora no se nos podía caer el equipo”. Abad empezó a recurrir a toda sus amistades y conocidas para animarlas a participar.

“El siguiente día que fuimos a entrenar, ya éramos diez. Fue alucinante reunir a una decena de ‘currantas’ enfrentándose al frío que hacía y al riesgo de partirnos los tobillos de lo duro que estaba el suelo”, destaca. “Además, no habíamos hecho deporte en un montón de tiempo. Pero la satisfacción con la que le dábamos patadas al balón y lo que nos divertíamos hizo que valiera la pena todo el esfuerzo previo”.

A partir de ahí, fueron a más, con nuevas mujeres que se integraban en la plantilla y con nuevos intentos de conseguir acceso a un campo de la SDA. “Sabíamos que era complicado porque el Amorebieta tiene equipos en muchas categorías y la disponibilidad es muy limitada. Pero sólo pedíamos una hora a la semana, no podía ser imposible”.

Tras dos meses de pelea y con la intervención del Ayuntamiento, empezaron a entrenar en Lauaxeta dos días a la semana “con todas las ganas del mundo”. Son ya 25 jugadoras, el tope de fichas permitidas, más entrenador y delegado, pero por la cantidad de interesadas “podríamos haber sacado tres equipos”.

De hecho, algunas de las que no han podido entrar en la plantilla “vienen a entrenar con nosotras porque quieren disfrutar del deporte, desahogarse de todo el estrés y echarse unas risas”.

Órdago a la Federación

El objetivo inicial era juntar varios equipos para jugar partidos amistosos y fomentar el fútbol femenino veterano. Pero a base de pelear por cada metro ganado, surgió el momento de soltar un órdago. “Cristina, la chica que había impulsado el equipo de Santurtzi, se presentó en la Federación vizcaína para plantear la creación de una liga de veteranas, al igual que existía en categoría masculina”, narra Abad.

Este pasado agosto, la Federación aceptó el compromiso de organizarla, lo que animó a otros clubes vizcaínos a interesarse por esta nueva competición. Se trazaron entonces cuáles serías las características de los partidos (3 tiempos de 20 minutos) o las edades de las jugadoras (de 29 a 50 años).

“Además de impulsar nuestros propios equipos, empezamos a animar a otros clubes para que se sumaran a la iniciativa”, relata. “Antaño, el fútbol femenino había estado muy a la orden del día y queríamos recuperar esa afición”.

El impulso federativo fue determinante para completar la nueva Liga de Veteranas que arrancó el 14 de enero con 8 equipos: Amorebieta, Dinamo San Juan de Santurtzi, Etxebarriko Selekzioa, Basauri B.E.A, Indartsu, Leioako Emakumeak Sarriena, Urdaibai y Uritarra.

Debut simbólico

Después de estrenarse con tres amistosos previos, el Amorebieta coincidió con el Dinamo San Juan en el campo de Txolon para la apertura de esta nueva competición. Un simbólico debut entre los dos equipos “que habíamos impulsado todo este berenjenal”.

Las sonrisas y la deportividad inundaron el campo y se extendió a un público más entregado que nunca, consciente del histórico momento que estaban viviendo y de lo que había costado alcanzar ese pitido inicial. Para completar una jornada redonda, las ‘azules’ vencieron por 5 a 0.

“El partido fue increíble y muy emotivo. Juntarnos y conocernos todas en persona fue alucinante, después de todos los ánimos mutuos que nos habíamos mandado y de haber llegado hasta donde estábamos. Sentimos que, incluso antes de empezar a jugar, ya habíamos ganado”, resalta Abad.