El endurecimiento de la ya estricta Ley del Aborto en Polonia demuestra a las claras que los avances y libertades conseguidos, a veces muy limitados, pueden dar marcha atrás en cualquier momento e incluso en la supuestamente avanzada Europa.
Las feministas polacas cumplen casi una semana de protestas por el endurecimiento de la ya estricta Ley del Aborto. Las movilizaciones desafían incluso las limitaciones impuestas para el control de la pandemia y estallaron el pasado jueves, después de que el Tribunal Constitucional se pronunciara contra la interrupción del embarazo por alteraciones del feto. En la práctica, la resolución prohíbe casi todos los abortos.
Las activistas protagonizaron cortes de tráfico en las horas punta en los centros de más de 150 ciudades. Son las mayores manifestaciones contra el Gobierno que se recuerdan en los últimos años. Partidarios de la extrema derecha respondieron, en ocasiones, con contraprotestas, que desataron la violencia.
“Empatía y no condena”
La Huelga de Mujeres, principal organizadora de las movilizaciones, recalca que “obligar a las mujeres a llevar a cabo embarazos de fetos con anomalías dará lugar a un sufrimiento físico y mental innecesario”.
Especialistas en ginecología han criticado la medida. Consideran que la prohibición aumentará el número de abortos peligrosos e ilegales
Grupos de activistas han impulsado una campaña de apoyo internacional, en la que reclaman “empatía y no condena” para las mujeres que deciden abortar. Critican además que el Gobierno haya impulsado esta iniciativa cuando el país está en cuarentena. Aun así, se muestran confiadas en poder desterrar sus “ideas inhumanas” porque, afirman, “nuestra campaña avanza como un huracán”.
Especialistas en ginecología también han censurado la medida. Consideran que la prohibición dará lugar a un aumento del número de abortos peligrosos e ilegales, y recalcan que la educación sexual y el acceso a los anticonceptivos son la mejor manera de limitar los abortos.
Regulación restrictiva
El Tribunal Constitucional, controlado por el gobierno, anuló una disposición de la ley de 1993 pactada por las autoridades políticas y los líderes eclesiásticos del país tras la caída del comunismo. Esa ley, que permitía la interrupción del embarazo sólo en casos limitados, constituía una de las regulaciones sobre el aborto más estrictas de Europa.
Las mujeres polacas se someten a entre 100.000 y 150.000 abortos al año, algunos ilegalmente en Polonia y otros en el extranjero
Si el fallo entra en vigor, los únicos abortos permitidos serán los que pongan en peligro la salud de la mujer o sean el resultado de una violación o incesto.
Mientras tanto, las protestas continúa. Entre las acciones previstas para esta semana figuran una convocatoria de huelga general para mañana y una una marcha de protesta el viernes en Varsovia ante la sede del gobierno y el Tribunal Constitucional, y contra el partido nacional católico Ley y Justicia, que gobierna el país y al que responsabilizan de la resolución judicial.
Según cifras del Ministerio de Salud, en 2019 se practicaron 1.110 abortos legales en el país, la mayoría por malformaciones fetales. La organización no gubernamental Federación de Mujeres y Planificación Familiar estima que las polacas se someten a entre 100.000 y 150.000 abortos al año, algunos ilegalmente en el país, y otros en el extranjero.