La escritora Jeanette Winterson (Manchester, 1959) fue un importante referente para las feministas, y las lesbianas en particular, en los años ochenta, y lo sigue siendo hoy en día por su hondura intelectual, calidad literaria y compromiso político. Recientemente ha estado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) para presentar su última novela, ‘Frankissstein’. Habló allí acerca de la obra, la escritura y la situación del Norte Global y el papel de las mujeres.
‘Frankissstein’ es una recreación personalizada del clásico de Mary Shelley, y trata sobre inteligencia artificial y el género fluido a través de un personaje trans. También hace referencia a temas sobre los que la novelista ha reflexionado durante los últimos 30 años: amor y deseo, transformación y los significados no escritos del cuerpo.
En relación a la situación del mundo, mostró especial preocupación por dos cuestiones: el avance de las derechas y las extremas derechas, y la crisis climática.
“Nunca pensé ver las libertades básicas amenazadas en mi vida”
«El socialismo requiere demasiado tiempo»
Sobre primera cuestión, subrayó la capacidad de los partidos conservadores y ultras para unirse, capacidad de la que, opina, carecen las izquierdas por algo que dijo Oscar Wilde: “El problema del socialismo es que siempre requiere demasiado tiempo”: noches de lucha y asambleas, “no estoy de acuerdo con este párrafo (de un comunicado), entonces no puedo pactar contigo…” Agotador, cuando “la política debería permitir hacer cosas más interesantes”.
El resultado es un auge de las extremas derechas que pone en riesgo los avances logrados. “Nunca pensé ver las libertades básicas amenazadas en mi vida, pensaba que íbamos para adelante, pero todos los derechos que creíamos haber conseguido: los de las mujeres, los de las minorías, personas negras, y la manera fraternal y humana de relacionarnos” están puestos en cuestión en esta fase de “capitalismo desastroso” que atravesamos.
En el Estado español, se ha contemplado con estupor la entrada en el Parlamento de un partido de extrema derecha que ya cuenta con 52 diputados. Winterson lo calificó de “terrible” y urgió a salir a las calles. “¡Podéis cambiarlo!”, animó.
“La ignorancia está muy bien para que haya dictaduras pero cuando no las queremos se necesita implicación”
La izquierda y las mujeres
Piensa, no obstante, que sólo las mujeres podrán tejer una coalición que vaya del centro a la extrema izquierda para poner coto a ese auge de VOX y las derechas, aunque tropezarán con dificultades puesto que “la izquierda falla en la inclusión de las mujeres como ciudadanas plenas”.
Confía en la democracia como la “última oportunidad que tenemos” para construir alternativas y, a pesar de que “tiene carencias y es poco sólida”, la ve como “la menos mala de las soluciones”, aunque también es consciente de que hay que presionar a los partidos y a los gobiernos para que favorezcan los cambios que queremos ver.
En ese sentido, insta a ser ciudadanas activas. “No digamos nunca: ‘Eso no me interesa porque estoy muy cansada” ni tampoco dejemos que las instancias políticas resuelvan nuestros problemas y satisfagan nuestras necesidades. “La ignorancia está muy bien para que haya dictaduras pero cuando no las queremos se necesita implicación y si nos dicen: ‘No os preocupéis, ya nos encargamos nosotros’, entonces no te fíes, bandera roja. Ahí es cuando un asunto nos tiene que interesar”.
“Cada euro que gastamos tiene que ser a favor de algo en lo que creamos, tiene que ir a una empresa que pensemos que hace bien al mundo”
Un nuevo imperialismo “de la mente”
A nivel global, aprecia la emergencia de un nuevo imperalismo que no es territorial, sino “de la mente, del control”, sin barreras ni fronteras, “muy complejo” y que es el responsable de la “lamentable” crisis ambiental que padecemos.
Opina que hay soluciones a ese grave problema y están disponibles, pero que no se aplican por falta de voluntad política, por lo que insta a las personas concienciadas a “agruparnos país a país para proteger el mundo que tenemos”. Al mismo tiempo, cree imprescindible asumir responsabilidades individuales como consumidoras: “Cada euro que gastamos tiene que ser a favor de algo en lo que creamos, tiene que ir a una empresa que pensemos que hace bien al mundo, porque si no irá a una organización que se está cargando el planeta”.
Es más, apuesta a que sólo la presión de la gente hará actuar a los gobiernos para salvar el planeta y confía en la juventud como motor del cambio, en particular en quienes “se están dando cuenta de que el mundo no funciona como debe”.
“Si hiciésemos ahora un referéndum saldría ‘No’ al Brexit, por eso no dejarán hacerlo”
Brexit y manipulación en twitter
El Reino Unido celebra hoy elecciones generales con el Brexit como telón de fondo. En su opinión, es un proceso que no tiene marcha atrás. “Si hiciésemos ahora un referéndum saldría ‘No’, por eso no dejarán hacerlo”.
En la consulta sobre la permanencia en la UE sólo votaron 17 de los 70 millones de personas convocadas. Atribuye el resultado a los estragos de las políticas europeas de austeridad y a la manipulación. “En mi país, mucha gente lo ha perdido todo: la casa, el trabajo y la esperanza”.
La Universidad de Manchester, donde trabaja, dispone de un departamento de estadística “muy bueno”, que estudió cómo se había distribuido el voto y por qué. “Los que querían salir de la UE era gente que no tenía esperanza”. Además, hubo “mucha manipulación” mediante “mensajes directos de twitter enviados a personas que tenían miedo a las políticas europeas”.
Según indicó, Cambrigde Analítica ha investigado estas tácticas y ha determinado que un “ataque dirigido a 600 personas” es suficiente para decantar hacia un lado un resultado.
“Tenemos que dar soporte a los cambios que queremos ver y creo que los podremos conseguir”
“Si quieres escribir, comienza a teclear”
En relación a los temas de que versa su novela, el amor y la inteligencia artificial, opina que “la intimidad es una sala llena de gente”, en alusión a la relación de pareja. “No estamos solas dos personas, hay toda la mochila del pasado propio, o la manera como proyectamos lo que queremos que sean lxs otrxs”. El amor, concluye, “está lleno de complejidad, como la vida, y simplificarlo es absurdo”.
En cuanto a la tecnología, piensa que “no es salvadora”; es más, “puede ser el peor de los problemas de la humanidad”. A pesar de que “la estamos utilizando para generar un nuevo Dios que resuelva los asuntos humanos”, lo único que puede solucionar todos los problemas es, a su juicio, la política y la voluntad política, pero eso requiere, insiste, de una ciudadanía activa. “Tenemos que dar soporte a los cambios que queremos ver y creo que los podremos conseguir”.
A quienes quieren escribir, les recomendó que se olviden de talleres literarios y cursos de creatividad y comiencen a teclear. Recordó que la inspiración llega cuando se está trabajando y recomendó dedicar a esta tarea un tiempo concreto diario, aunque sean veinte minutos. Subrayó la importancia de acudir siempre a la cita, “como lo harías con cualquier amistad a la que no quieres decepcionar”.