La caravana Abriendo Fronteras viajará este año a Canarias, lugar que se ha convertido en “frontera colonial de la Europa del capital” y lo hará con el propósito de denunciar “las políticas migratorias asesinas” practicadas por la Unión Europea, que han provocado que 1.851 personas hayan perdido la vida el año pasado y más de 2.000 estén desaparecidas.
Según explican, el cierre de las fronteras “ha reactivado el tránsito de rutas más peligrosas”, como la del archipiélago. Además, el impacto de pandemia ha agravado algunas de las condiciones que empujan a migrar en lugares como los países de África Occidental y del Sahel Occidental.
A ello se suman “el empobrecimiento asociado a los procesos de globalización, el extractivismo que despoja a estas comunidades de sus recursos y formas de vida; y los conflictos armados en algunas de estas regiones, donde los gobiernos europeos tienen una responsabilidad histórica y, en muchos casos, un papel activo en la actualidad”. Esta es la razón por la que “no existe efecto llamada, sino que se fomenta el efecto expulsión”.
Perspectiva decolonial
“Viajamos para organizarnos, para acuerparnos, para escuchar y aprender desde una perspectiva feminista y decolonial”, proclaman. La caravana arrancará el 17 de julio en Gran Canaria y la despedida seré el día 24 en Tenerife.
En su transcurso, se llevarán a cabo acciones de denuncia y reivindicación, y también habrá espacios de encuentro para “conocer y debatir sobre experiencias, luchas y acciones de las colectivas locales de acompañamiento y apoyo a las personas migrantes y otras resistencias en fronteras”. Las acciones coindicidrán con la gira zapatista por Europa.