La canción del colectivo Lastesis ‘Un violador en tu camino’, que se representará en Bilbao el próximo jueves, está basada en las teorías de la antropóloga argentina Rita Segato, que ha investigado a fondo las causas y los mecanismos de la violencia machista. Segato ha expresado en una entrevista a la BBC su opinión sobre este fenómeno que recorre el mundo.
La teórica feminista se muestra admirada de que un pensamiento que ha desarrollado a lo largo de años se difunda de forma tan rápida y eficaz y llegue a un “destino masivo”. Asegura también que la canción “realmente refleja algunos puntos centrales que he enfatizado a lo largo de mucho tiempo”.
La búsqueda por parte del activismo en “el pensamiento analítico” de una explicación a esa violencia que se ejerce sobre las mujeres, desproporcionada en relación a la que sufren los hombres, no es, a su jucio, una novedad, pero sí lo es la “extraordinaria circulación planetaria de una lírica que condensa de forma poética ese pensamiento”.
Las mujeres, sólo cuerpos
La canción, resalta, dice algo que ella lleva repitiendo hace años: “Quien viola es la autoridad, es el sujeto moral”. Por tanto, “la violación moraliza, es decir, coloca a la mujer en su lugar, la atrapa en su cuerpo, le dice: más que persona, eres un cuerpo”.
La violación no es un acto sexual, sino “un acto de poder, de dominación, un acto político”
La violación, por tanto, no es un acto sexual, sino “un acto de poder, de dominación, un acto político. Un acto que se apropia, controla y reduce a la mujer a través de un apoderamiento de su intimidad”.
Se trata de un mandato del patriarcado, al que define como “un orden político primordial que se basa en el control, el disciplinamiento y la opresión de las mujeres mediante narrativas muy diversas y dispersas en el planeta”.
Esas narrativas, que tiene su origen en los mitos, dibujan a “la mujer” como una criatura susceptible de ser “tentada fácilmente” y que “debe ser capturada por un orden, subordinada y disciplinada, porque ella es vulnerable a esa tentación”.
Las mujeres somos subyugadas por medio de la violencia y “la violación es parte de esa moral opresora que coloca que atrapa a la mujer y le impone un límite, que es el límite de su cuerpo”.
El feminismo y sus reivindicaciones “no son para nosotras, sino para toda la sociedad, para un mundo mejor”
El poder de nombrar
Para la antropóloga Argentina, los mandatos de la masculinidad dañan también a los hombres. Por eso, el feminismo –desde luego, el suyo- y sus reivindicaciones “no son para nosotras, son para toda la sociedad, para un mundo mejor”.
Cree que la política “en clave masculina” ha fracasado y que nos encontramos en un punto de inflexión, en la que la lucha de las mujeres está planteando en el mundo entero “nuevas formas de política que no son las habituales, y el traspaso a una política que había sido ignorada, reprimida, ninguneada, que es la gestión femenina de la vida”.
Pronostica que “esta relación de cuerpos que se da en las calles”, propiciada por la marea feminista, dará lugar a “nuevas amistades, a que florezcan nuevas formas de intimidad y de verse como un colectivo”. Una nueva vivencia que necesita el esfuerzo de “ponerle nombre, porque los nombres son poderosos”.