La leonesa Raquel Díaz era una (aparentemente) exitosa abogada, emparejada con un poderoso concejal de Ponferrada y con una vida acomodada de clase media-alta. En varias fotos antiguas se la ve enfundada en su chándal de runner, exhibiendo un dorsal de maratón o guapísima, risueña y esbelta sobre una moto, en la que posa como una modelo de calendario.
Pero eso era antes. Díaz, parapléjica tras la brutal última paliza que recibió por parte de su marido (ya ex), Pedro Muñoz, y de la que sobrevivió de milagro, está ahora en silla de ruedas y vive en una residencia de personas ancianas.
Estos días se celebra el juicio contra Pedro Muñoz y, tanto las feministas bercianas, como otras de otros puntos del Estado, se han movilizado para mostrar su apoyo a esta mujer que tiene ahora 47 años. En twitter rubrican sus mensajes con el hashtag #TodasConRaquel
“Estaba enamorada”
Raquel Díaz, quien ha colaborado en preparar la acusación, no era una abogada cualquiera. Se trataba de una profesional que defendía en el turno de oficio a víctimas de violencia de género. ¿Por qué no denunció ella misma los malos tratos a que la sometía su pareja? ¿Por qué firmó un documento notarial donde declaraba no haber sufrido violencia machista? ¿Por qué se casó con Pedro Muñoz tras haber soportado brutales palizas e insoportables vejaciones? Respuesta: estaba ‘enamorada’. “Para mí fue una celebración del amor, yo le quería”, le confesó a la periodista Susana Martín, que sigue el proceso de cerca y gracias a quien conocemos muchos detalles de esta historia que tanto se repite.
“Vean cómo estoy yo por no haber denunciado a mi agresor”
Las mujeres hemos sido educadas para ser ‘salvadoras’ de todas las causas perdidas pero es que, además, el ‘amor’ o el apego pueden ser mecanismos de defensa en una situación a la que las maltratadas se tienen que adaptar porque el tirano las mantiene atrapadas y sin salida. En este caso, el marido era un político muy bien relacionado, camaleónico donde los haya -había militado en seis partidos-, y que había desempeñado diferentes cargos institucionales, desde concejal a alcalde, además de procurador y diputado.
No obstante, afortunadamente, el estado emocional de las víctimas de maltrato suele ser ambivalente. El amor se mezcla con el temor, con la frustración y con la rabia y, gracias a ésta, pueden sacar fuerzas para intentar huir del infierno en el que viven.
Cuerpo destrozado
La abogada se atrevió un día a pedir ayuda pero sin éxito. Llamó al 112 y su requerimiento fue ignorado. Las personas que la conocían y sabían de su sufrimiento tampoco se dieron por enteradas.
Por eso, nada pudo impedir que, después de una relación marcada por las palizas, las violaciones y amenazas constantes, el 27 de mayo de 2020, después de que ella le anunciara, por fin, su decisión de dejarlo, el maltratador le destrozara el cuerpo con un bate de béisbol antes de arrojarla por la terraza de su vivienda.
Estos son los hechos que se juzgan en la Audiencia Provincial de León, junto con todo el historial precedente. Díaz ha difundido un vídeo en el que manifiesta su satisfacción por el apoyo recibido, tanto de personas desconocidas, como de las de su entorno, y expresa su esperanza de que “se haga justicia de una vez lo antes posible”.
Al mismo tiempo, anima a las víctimas a que “denuncien, que se vayan de casa, que pidan ayuda” y les advierte de que lo que les puede ocurrir si aguantan: “Vean cómo estoy yo por no haber denunciado a mi agresor” a tiempo, enfatiza. Otro aspecto que le interesa subrayar es la cantidad de lesiones graves e irreversibles, además de muertes, que produce ese atentado contra los derechos humanos que es la violencia machista.