La filósofa valenciana Rosa María Rodríguez Magda, especialista en pensamiento contemporáneo, propone evitar el término ‘género’ en el feminismo para volver a referirse a las ‘mujeres’, ya que considera que dicho concepto fue válido en un momento dado, pero “tenía trampa”.
“Las cosas no son eternas. Actualmente es un concepto totalmente equívoco, que ya no denota lo que está significando”, señaló y defendió utilizarlo lo mínimo posible para “volver a dotar de densidad conceptual a la palabra ‘sexo’ sin caer en el biologicismo” (la biología marca el destino).
Rodríguez Magda participó recientemente, junto con la profesora de la Universidad Complutense Luisa Posada Kubissa en un webinario organizado por Women’s Human Rights Campaign (WHRC) titulado ‘¿Dónde estaban las feministas cuando se reemplazó ‘sexo’ por ‘género’? o ¿Cómo llegamos hasta aquí?’
“La teoría queer considera el sexo un constructo cultural, igual que el género, con lo cual hombre y mujer serían dos momentos entre las diversas opciones de un individuo”
El debate tiene que ver con la polémica que está suscitando la aplicación de conceptos relacionados con la teoría queer a las disposiciones y legislaciones de distintos países. El Ministerio de Igualdad español tiene previsto aprobar en breve una ley que reconozca la autodeterminación de género, a la que se ha denominado ‘Ley Trans’.
Un sector del feminismo, en el que se encuadran las dos filósofas, asegura que la teoría queer considera el sexo un constructo cultural, igual que el género, con lo cual “hombre y mujer serían dos momentos entre las diversas opciones de un individuo”, incidió Rodríguez Magda.
Diversidad sexual y diferencia sexual
En este cambio de paradigma, la “diversidad sexual” reemplaza a la diferencia sexual. “Las consecuencias son que la identidad de género sentida convierte ser mujer en un mero sentimiento y su sustitución por el género sentido”.
Esta revolución conceptual, a su entender, “invisibiliza la violencia sexista, los abortos selectivos, la trata, la prostitución, los vientres de alquiler etc.” y, tan importante como todo eso, “anula el sujeto político reivindicativo del feminismo”, el sujeto mujer.
El concepto de género es fundamental en la teoría queer. Rodríguez Magda explicó el surgimiento de esa corriente de pensamiento en los años noventa del pasado siglo como producto del ambiente filosófico del momento y como una alternativa al movimiento gay y lesbiano que un sector consideraba que “estaba aburguesado”.
En la misma época, la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Pekín (1995) impulsó las expresiones igualdad de género y perspectiva de género. Se trató de una estrategia para eliminar las reticencias que producía el término feminismo e introducirlo en la acción institucional.
Posada Kubissa: “O entendemos el género en relación al patriarcado o es un concepto vacío”
Llegadas al momento actual, ambas filósofas creen que se ha producido un galimatías en torno al género que es preciso deshacer y opinan, además, que por esa razón la teoría queer perjudica al feminismo y a sus objetivos.
Aparte de la confusión que, a su juicio, está produciendo dicha teoría entre ‘sexo’ y ‘género’, sus defensoras se refieren al patriarcado como ‘heteropatriarcado’ y las dos filósofas entienden que el patriarcado es mucho más que heteropatriarcado. “Entenderlo sólo así es reductivo, porque es olvidar que el patriarcado, además de ser un sistema de dominación heterosexual, que lo es, es también un sistema de dominación política y económica, y el feminismo tiene que impugnar el patriarcado en toda su complejidad”, subrayó Posada Kubissa.
En cuanto a la noción de género, Posada Kubissa matizó que al utilizarla “o la entendemos en relación al patriarcado o es un concepto vacío porque género marca la seña de identidad de un grupo social pero esa seña existe porque existe un sistema de dominación que lo produce: el patriarcado”.
Por tanto, concluyó Rodríguez Magda, “volvamos a decir las cosas como eran: igualdad, hombres, mujeres, sexo, feminista, patriarcado… Porque de no decirlo ha venido la confusión actual y la suplantación actual” del feminismo por el universo conceptual de la teoría queer.