Un estudio destaca la brecha de género en el uso de la bicicleta en las capitales vascas

Emakunde ha presentado hoy en la Zikloteka de Donostia el estudioMujeres en bici por las calles de las capitales vascas. Diagnóstico participativo con perspectiva de género, resultado de la beca que el Instituto concede a trabajos de investigación en Igualdad de Mujeres y Hombres.

El estudio ha sido realizado por Laura Latorre Hernando, investigadora, formadora, terapeuta narrativa y ciclista urbana, y Guillermo Vera Idoate, especialista en antropología y ética ecológica, y ciclista activista, a partir de entrevistas y relatos de mujeres usuarias de la bicicleta como transporte urbano.

Tras realizar un acercamiento a las motivaciones para utilizar la bicicleta y analizar el uso del espacio urbano que hacen las mujeres ciclistas, centrado en las tres capitales vascas, la principal conclusión del estudio es que existe una brecha de género “motivada por la deficiente infraestructura ciclista, la desigual socialización de género y los prejuicios y estereotipos que siguen acompañando al uso de la bici desde la mirada androcéntrica, así como por las experiencias de acoso y violencia que viven las mujeres en el entorno urbano”.

No obstante, en la investigación también se constata que ha habido un avance importante en el uso urbano de la bici, haciendo que las mujeres se apropien cada vez más del espacio de la ciudad. De hecho, según las usuarias “este medio de transporte contribuye a crear otros modelos de ciudades más amables y sostenibles”.

En palabras de la secretaria general de Emakunde, Noemí Ostolaza, “pensar en el uso de la bicicleta desde una perspectiva de género no solo implica identificar barreras, sino también imaginar ciudades más inclusivas, donde pedalear sea una opción segura, libre y equitativa para todas las personas”. En su opinión, “las transformaciones sociales y urbanísticas deben considerar las necesidades de mujeres y hombres, así como la necesidad de crear ciudades más amables, sostenibles e igualitarias”. Entre otras, Ostolaza ha destacado la influencia que tiene la planificación urbana y la del transporte en la conciliación de la vida familiar, personal y laboral. Y ha destacado también la importancia del uso de la bicicleta en mujeres como un medio para el empoderamiento y la ocupación del espacio público de las mismas.

Desde el equipo investigador se advierte de que el aumento de desplazamientos ciclistas de las mujeres también se encuentra “mediado por el género y la brecha de tiempo y de cuidados todavía existente en la sociedad”. Las mujeres ciclistas que eligen la bicicleta como transporte urbano valoran su practicidad, economía, autonomía y rapidez.

En el trabajo también se han analizado las políticas de tráfico y las infraestructuras ciclistas que, a juicio de las entrevistadas, deben mejorar para favorecer los modos de desplazamiento sostenibles. En este sentido, se han tenido en cuenta cuestiones relacionadas con el urbanismo feminista que deben contribuir a mejorar las condiciones de seguridad de los aparcamientos para bicicletas.  La investigación concluye con una selección de propuestas para promover una educación ciudadana con perspectiva feminista y mejorar la convivencia en la movilidad urbana. Así, se plantean iniciativas como campañas de concienciación, formación para el uso y mantenimiento de la bicicleta e incentivar políticas públicas para conseguir un desarrollo urbano compacto.