Las jóvenes creen que la violencia en las relaciones afectivo-sexuales es cosa del pasado y, sin embargo, un buen número de ellas la viven también, aunque siguen callando porque la han normalizado. La ilustradora y directora de arte María Carrasco asegura que todas sus amigas y ella misma han pasado por “relaciones tóxicas que no llevan a ninguna parte y que nos han hecho sentirnos disminuidas”.
El hecho de experimentarlo tan de cerca, unido a una bien formada conciencia social, le ha llevado a reunir la exposición titulada ‘Dando voz al silencio’, con la que pretende lanzar un aldabonazo sobre la dimensión extraordinaria del problema de la violencia machista. Cree que es hora de decir: ‘¡Hasta aquí hemos llegado. Basta!” y quiere “molestar para que la gente se de cuenta de que no es bonito ni cómodo lo que nos está pasando a las mujeres”.
La exposición presenta, tal cual ella lo concibió, un cartel que diseñó para la campaña del 25N del Ayuntamiento de Toledo, ciudad de la que es originaria. La propuesta fue mutilada porque la institución no quería “herir sensibilidades”, un hecho que la artista califica como “censura”.
María Carrasco posa junto al cartel de la campaña del 25N en Toledo.
El cartel muestra a una mujer con una venda en los ojos, sobre la que están escritos los insultos e invectivas que reciben de forma habitual aquéllas que se atreven a alzar la voz o a poner límites: Guarra, zorra, puta, no abortes asesina, calladita estás más guapa…
Para su exhibición en las marquesinas de Toledo tuvo que sustituir el texto escrito por manchas de sangre. Le dolió. Por eso ahora quiere que la imagen se visibilice en toda su amplitud reivindicativa.
Crear conciencia
Sus dibujos tienen garra y color, y la fuerza que transmiten se ve robustecida por los textos que los acompañan. En ellos se habla de la pesadilla en que muchas veces se convierte el amor romántico, y del silencio sonoro de las mujeres maltratadas que, de una manera u otra, lo somos todas. Pero también de florecer, de coraje, de autoestima y de buen querer.
Cuenta que anteriormente dibujaba mujeres más bucólicas hasta que decidió que esas imágenes no le decían gran cosa y, cuando comenzó a intercambiar experiencias con sus amigas y a leer teoría feminista, dio un vuelco a su trabajo. ‘Dando voz al silencio’ es el resultado.
La colección ha pasado por varios bares de Bilbao –actualmente se puede ver en Bihotz Café de Bilbao La Vieja– y en mayo llegará a Hika Ateneo. Su objetivo es presentarla en el máximo de lugares posibles. Pero, como no lleva demasiado tiempo en Euskal Herria, todavía está situándose sobre el terreno y buscando recintos donde mostrarla.
Carrasco, de 27 años, vino a trabajar en una editorial y posteriormente pasó a la agencia de publicidad OSO The Agency, en Bilbao, donde empezó como becaria y actualmente es socia y directora de arte. Dado su carácter emprendedor y proactivo, busca ampliar el mercado de la empresa a asociaciones culturales y ONG.
Y es que, desde esta plataforma, aparte de hacer publicidad convencional, le gustaría apoyar cuestiones sociales. Quiere que su trabajo sirva para “visibilizar y apoyar causas”. En definitiva, para seguir “creando conciencia”.
