Siete de cada diez mujeres que han sufrido acoso o discriminación sexual en el trabajo no lo han denunciado

El estudio ‘Acoso sexual y acoso por razón de sexo en el ámbito laboral en España’, promovido por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y elaborado por el sindicato Comisiones Obreras, deja claro que el miedo a represalias paraliza a las víctimas.

El informe revela, en concreto, que siete de cada diez mujeres que han sido víctimas de acoso sexual o discriminadas por razón de sexo en su puesto de trabajo no lo han denunciado ante sus empresa por temor a perder el puesto de trabajo principalmente, pero también para evitar ser juzgadas por su entorno o por sentir culpa.

El estudio se ha realizado con los resultados de las entrevistas online a 1.119 víctimas de entre 16 y 64 años que, en un 72,4%, reconocieron no haber puesto en conocimiento de instancias superiores este acoso o discriminación sexual. Un 62% de ellas actuó así por miedo a posibles represalias.

En el acto de presentación del informe participó la Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell Aguilar, quien advirtió que un 40% de las encuestadas en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019 reconoció haber sufrido algún acto de acoso sexual en algún momento de su vida.

Expulsarlas del empleo

También quiso dejar claro que el estudio busca profundizar en el acoso sexual y el acoso por razón de sexo que se da en el ámbito laboral porque son “prácticas de violencia y discriminación contra las mujeres que atentan contra su dignidad, su salud y sus derechos, que obstaculizan su participación laboral y que contribuyen en numerosas ocasiones a expulsarlas del empleo”.

El segundo objetivo del informe es aumentar el conocimiento de la materia para mejorar la respuesta institucional en cumplimiento del eje 2 del Pacto de Estado en materia de violencia de género de 2017.

Principales resultados del estudio

  • El acoso sexual y acoso por razón de sexo son manifestaciones de discriminación y violencia contra las mujeres que se producen en sociedades en las que aún perviven, pese a la igualdad formal, desigualdades de facto entre mujeres y hombres de carácter estructural.
  • En cuanto a los acosadores, en el caso del acoso sexual son mayoritariamente varones, pueden ser superiores jerárquicos, compañeros o clientes, y pueden pertenecer a cualquier estrato social, nivel ocupacional, edad o categoría profesional. Los testimonios de las mujeres acosadas escuchadas en el estudio señalan alguna característica a tener en cuenta, como es la de ser un varón con un conjunto de creencias y actitudes marcadamente sexistas, vinculadas a la masculinidad hegemónica tradicional.

Las mujeres de la muestra indican que el acoso ha sido ejercido principalmente por superiores jerárquicos (47,4%), por personas de la misma categoría laboral (32,4%) y por otras personas (9,2%) entre las que se señalan familiares y amistades del jefe (1,8%) y clientes (1,5%).

En el 86,1% de los casos los agresores fueron solo hombres, en el 0,8% solo mujeres y en el 8,8% tanto hombres como mujeres (un 4,4% no contesta a esta pregunta).

  • 8 de cada 10 mujeres encuestadas (80,4%) señalan haberse sentido discriminadas en el trabajo. Las acciones en las que se traduce esa discriminación son diversas, registrando una incidencia más elevada las siguientes: dirigirse a la mujer de forma ofensiva (61,1%), asignación de tareas, competencias o responsabilidades por debajo de su categoría profesional (32,4%), ser relegada en la promoción profesional (25,7%), problemas para acceder o continuar en el trabajo (22,2%), y relegada en la formación (15,4%). Además, en los grupos de discusión se señala la incidencia de situaciones relacionadas con la maternidad, en el caso de acoso por razón de sexo.
  • En relación a las acciones de carácter o contenido sexual recibidos por las mujeres entrevistadas para este estudio, los porcentajes más elevados corresponden a chistes de carácter sexista (83,1%), piropos y comentarios sexuales (74,8%), gestos o miradas insinuantes (73,3%), contacto físico (67,0%) y peticiones e invitaciones de naturaleza sexual (30,9%).
  • Algunos testimonios dan cuenta de una realidad oculta que no siempre se identifica como acoso sexual:
  1. “He sufrido comentarios sobre mi culo y mi peso (o falta de él). Y uno de mis jefes, quien me llamaba “rubia peligrosa” o “la rubia”, me dijo que el jefe que me hacía mobbing me trataría mejor si le practicase sexo oral. Siempre entre risas. Pero no por ello menos desagradable”
  2. “Los comentarios sexistas… la realidad es que son generalizados de cualquier superior y muchos compañeros”.
  3. “Es tan frecuente que los hombres realicen comentarios machistas como “y, porque estás casada, que si no…”, o agarrarte la cintura al pasar como quien no quiere la cosa, o aprovechar cualquier situación para hacer un juego de palabras de índole sexual, que nadie es consciente del asunto y todo queda en unas risas”.

Puedes consultar aquí el estudio completo.