La revista digital estadounidense ProPublica ha investigado la tecnología de seguimiento utilizada en las web de once farmacias en línea que venden medicamentos para la interrupción del embarazo y encontró rastreadores en los sitios de al menos nueve de ellas. Según indica el medio, esa información es enviada a terceros, entre otros a la empresa que gestiona el navegador más famoso del mundo, y la Policía puede potencialmente utilizarla para procesar a las mujeres que abortan con medicamentos.
Los datos sobre las usuarias incluyen las direcciones web que visitaron, dónde hicieron ‘clic’, los términos de búsqueda que utilizaron para encontrar un sitio web, su ubicación general e información sobre los dispositivos que usaron y si navegaban mediante ordenador o teléfono. Es la clase de información que utilizan las ‘big tech’ para personalizar los anuncios, pero ahora sabemos que también ayuda a identificar a las compradoras.
Se da la circunstancia de que la información relacionada con la salud está legalmente protegida en EE UU, pero las compañías tecnológicas escapan de momento del alcance de la ley. Además, la Policía puede tener acceso a esos datos con orden judicial, ya que así lo especifican los navegadores en sus políticas de privacidad.
“Hemos dejado que las compañías tecnológicas sepan mucho sobre nuestras vidas privadas”
La profesora de Derecho en la Universidad de Iowa, Anya Prince, observa con preocupación este fenómeno: “Es problemático y peligroso, tanto el acceso potencial que tiene la Policía para averiguar quién está violando las nuevas prohibiciones estatales, como que hemos dejado que las compañías tecnológicas sepan mucho sobre nuestras vidas privadas”.
En la misma línea, el profesor de Derecho y Ciencias de la Computación en la Universidad Northeastern, Ari Waldman, advirtió de que estamos en “una era completamente nueva. Nos estamos moviendo hacia un Estado de vigilancia moderno donde se rastrea cada sitio web que visitamos”. Señaló que está pendiente la tarea de “conceptualizar todo el cuerpo de leyes que podrían usarse para criminalizar a las personas que abortan”.
Prohibido en 13 estados
Al menos 13 estados prohíben todos los métodos de aborto, incluido el aborto con medicamentos, aunque algunos permiten excepciones para emergencias médicas, violación o incesto.
Quienes no pueden asumir el costo de viajar a los lugares donde interrumpir el embarazo es legal, recurren cada vez más a las farmacias en línea para comprar píldoras abortivas sin receta. Además, las pastillas se pueden tomar en casa y generalmente son más baratas que los servicios proporcionados en las clínicas. El método farmacológico es el más utilizado y representa más de la mitad de los abortos en los Estados Unidos.
Se espera que la demanda de los medicamentos crezca tras el cierre de clínicas de salud reproductiva y la promulgación de una cascada de leyes estatales que prohíben el aborto desde que la Corte Suprema anuló Roe v. Wade en junio pasado.
En 2017, los fiscales en Mississippi acusaron a Latice Fisher de asesinato en segundo grado tras perder su embarazo a las 36 semanas y utilizaron como prueba su historial de búsqueda en Internet
Solo dos estados, Nevada y Carolina del Sur, prohíben explícitamente el aborto autogestionado. Aun así, los fiscales de otros estados han formulado acusaciones por tomar medicamentos abortivos. Y han esgrimido como prueba las compras de píldoras por Internet en casos de acusación de abortos ilegales en varios estados, incluidos Georgia, Idaho e Indiana.
Y en al menos 61 casos, entre 2000 y 2020, repartidos en más de la mitad de los estados del país, los fiscales investigaron a personas u ordenaron su arresto por presuntamente autogestionarse abortos o ayudar a practicarlos, según un informe de If/When/How, una organización de defensa de la justicia reproductiva. En la mayoría de estos casos, se habían usado medicamentos.
En 2017, los fiscales en Mississippi acusaron a Latice Fisher de asesinato en segundo grado tras perder su embarazo a las 36 semanas. Los fiscales utilizaron como prueba su historial en Internet, incluida una búsqueda de cómo comprar píldoras abortivas en línea. El cargo fue finalmente desestimado.
“Aparato de vigilancia amplio y no regulado”
Muchas personas no saben cómo evitar que sus datos se compartan. “Tenemos un aparato de vigilancia privada que es amplio y en gran medida no está regulado”, señaló la directora legal de Electronic Frontier Foundation, Corynne McSherry. El profesor asociado de Ciencias de la Computación en la Universidad de Illinois en Chicago Chris Kanich reclama soluciones políticas frente al poder de los gigantes tecnológicos.
El Congreso de EE UU lleva años discutiendo un estándar nacional de privacidad de datos. El proyecto de ley más avanzado es la Ley de Protección y Privacidad de Datos de Estados Unidos. La propuesta, presentada el verano pasado, limitaba a las empresas el uso de datos confidenciales, incluida información precisa de geolocalización o historiales de navegación, para publicidad dirigida u otros fines. Se habría requerido que las empresas obtuvieran el consentimiento expreso de los consumidores antes de compartir datos confidenciales con terceros.
Otro proyecto de ley, la Ley ‘Mi cuerpo, mis datos’, también reciente, limitaría los datos de salud reproductiva que las empresas pueden recopilar, mantener y divulgar. Ninguna de las dos iniciativas ha sido todavía aprobada.
Especialistas en privacidad indican que la forma más efectiva de proteger los datos en este caso es que las farmacias en línea que venden medicamentos para el aborto dejen de recopilar y compartir información relacionada con la salud.