La asociación contra la violencia machista Andereak de Durango dedicó ayer la concentración habitual de los jueves a la denuncia de una agresión machista en la localidad y, en su comunicado final, pidió a la sociedad “atención para sacar la violencia machista de la intimidad de los hogares”.
Esta semana un hombre golpeó a una mujer en la calle Kalebarria de la localidad, causándole lesiones que requirieron su ingreso en el hospital de Galdakao. El agresor fue detenido.
Andereak subraya que estos episodios son sólo la punta de un iceberg en cuya base está “la gran cantidad de violencia de todo tipo que tenemos que soportar las mujeres por el hecho de ser mujeres: violencia institucional, violencia cultural, psicológica, etc”.
La agrupación duranguesa se hizo eco también de la evolución de la violencia machista durante la pandemia. Según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial, “con la pandemia y lo que se ha denominado ‘nueva normalidad’ se han reducido las denuncias sin que los órganos judiciales hayan restringido su actividad”.
La explicación está, según el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, en las “dificultades añadidas que han tenido las mujeres víctimas de violencia machista para denunciar a sus agresores durante la pandemia. Dificultades que continúan y que se agudizan cuando las mujeres son madres. Imaginemos la violencia que soportan también los hijos e hijas de estas mujeres”, añade el comunicado de Andereak.
“Falta de autoestima”
A estos problemas, señala el colectivo feminista, “hay que añadir la violencia que el Sistema Penal ejerce sobre las víctimas y otros factores como la falta de autoestima y la indefensión aprendida”.
Desde Andereak, piden a la sociedad que “permanezca atenta a esta violencia para denunciarla y sacarla a la luz. Esta violencia se da en la intimidad de los domicilios pero podemos detectarla si prestamos atención”, aseguran.
A las instituciones y al Ayuntamiento les reclaman que “establezcan cauces efectivos para identificar estos casos y ayudar a las víctimas a empoderarse y a salir del círculo vicioso de la violencia machista”.
Advierten que permanecerán “vigilantes para ayudarlas y tratar de salvar los obstáculos que les impiden gozar de plenitud de derechos y de bienestar”.