El proxenetismo tiende a escapar de la acción de la justicia y se reviste de nuevas formas. Una de las últimas es el ‘Lover boy’, un joven guapo y adinerado, que seduce a adolescentes de zonas económicamente deprimidas, se casa con ellas y luego las obliga a prostituirse.
Y mientras explota sexualmente a una, ya está conquistando a otra a la que le esperará el mismo destino. ¿Y qué hacen ellas? Aceptan “por amor” hasta que la situación se vuelve insostenible. Entonces, a veces es demasiado tarde para muchas.
Las víctimas del ‘lover boy’ en el Estado español son, en su mayoría, jóvenes rumanas, aunque las hay de todas las procedencias e incluso se conocen casos de adolescentes españolas captadas por este sistema por redes de trata para la explotación sexual. Se trata de un fenómeno mundial que va en aumento. Como dato, la Oficina Federal de Policía Criminal de Renania-Wesfalia, señala en su informe de 2017 que este método se utilizó en todo el país para la explotación sexual de más de una cuarta parte de las víctimas de la trata de seres humanos.
La jueza especializada Auxiliadora Díaz Velázquez, magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 2 de Las Palmas de Gran Canaria, explicó las características de este tipo de explotación sexual e instó a tratar estos casos como violencia de género para ofrecer mayor protección a las víctimas. Díaz participó en un curso de verano de la UPV impartido en Bilbao.
La magistrada se hizo cargo de la denuncia de dos mujeres engañadas por el mismo ‘lover boy’. Asegura que no le fue fácil empezar a instruir estos casos puesto que recibió muchas presiones: “Que si sí, que si no, que si me iban a poner una querella…”
Tuvieron un hijo y se lo llevó a Rumanía, sólo le dejaba verlo por skype si le había pagado de 500 a 1.000 euros semanales
Venderla a una mafia suiza
Todo comenzó cuando una mujer se presentó en su juzgado dando por supuesto que la magistrada no iba a creer su relato. Le contó que su marido, rumano como ella, y con quien había iniciado una relación sentimental cuando era menor, le había prometido una vida mejor en el Estado español . Pero al llegar le quitó la documentación y la obligó a prostituirse. La sometía a todo tipo de maltrato físico y psicológico si no le proporcionaba una cantidad determinada de dinero.
Tuvieron un hijo y se lo llevó a Rumanía. Ella se quedó aquí. Sólo le dejaba verlo por skype si había satisfecho esa cantidad previamente (500 a 1.000 euros semanales). En estas comunicaciones, llegó a apreciar que su hijo había sido golpeado, lo que aumentó el sufrimiento de la separación.
La situación estalló cuando se enteró de que su marido la iba a vender a una mafia suiza porque “estoy usada” y le confesó a la jueza: “Prefiero morir en Canarias que en otro lugar y sin que mi familia sepa nada de mí”.
Díaz inició el procedimiento con la toma de declaración a la víctima. “La trata de mujeres es violencia de género y discriminación prohibidas por la legislación internacional”, argumentó. Además, “compromete los derechos humanos”, según el Convenio de Estambul, instrumento que calificó de “maravilloso” porque, destacó, “no necesita trasposición. Está en vigor desde agosto de 2014 y si los Estados no responden es directamente aplicable”.
Un “marco de protección” mayor
La magistrada vio que era competente para juzgar estos casos porque la víctima, a la que luego se añadió otra del mismo estafador, tenía relación sentimental con el agresor. Además, había trata (art. 17 bis del Código Penal) y coacción para prostituirse (art. 187 y siguientes)
Dictó una orden internacional de detención contra el proxeneta imputándole los delitos de prostitución coactiva, trata de seres humanos y maltrato habitual y psicológico. Además, le suspendió la patria potestad. Se detuvo al ‘lover boy’ en Rumanía, y el niño fue devuelto a su madre, quien ha abandonado la prostitución.
Díaz señaló que, al otorgar a la situación de estas mujeres la consideración de violencia de género, obtienen un “marco de protección” mayor. Así, pueden acceder a una orden de protección y a ayudas para vivienda. Además, en caso de que se encuentren en situación irregular, “no se incoa el expediente de expulsión por infracción del artículo 53” y se suspende también cualquier expediente sancionador en trámite. Asimismo, pueden solicitar una autorización de provisional de residencia y trabajo por circunstancias excepcionales, si bien una vez finalizado el procedimiento “ya no tienen esas garantías”.
La prostitución “es forzada”
Para esta magistrada, la práctica totalidad de la prostitución es forzada y las víctimas son mujeres. “Se me ponen los pelos de punta cuando se dice que la prostitución es voluntaria. Detrás está la trata de seres humanos, y eso es ataque a la mujer por el hecho de serlo, porque a los hombres no se les prostituye”.
Para demostrarlo ofreció algunos datos. En el balance de julio de 2018 del Ministerio del Interior se detectó a 10.111 personas en situación de riesgo de trata de seres humanos; se realizaron 2.228 inspecciones administrativas (el 75%, en “clubes de alterne”) y el 95% de las víctimas eran mujeres. De ellas, 422 lo eran por explotación sexual, 6 menores, procedentes de Rumanía, España y República Dominicana. Su perfil: mujer, de 33 a 37 años, rumana y situación administrativa de estancia regular (vienen casadas).
Se registraron 255 casos de trata de seres humanos. La procedencia de las víctimas -9 menores- era Nigeria, Rumanía y China. El perfil en este caso es mujer, de 18 a 22 años, nigeriana y en situación irregular.
“Cada año entre 600.000 y 8000.000 mujeres y niños cruzan fronteras como víctimas de trata y el 98% son mujeres y niñas”
Un informe del Parlamento Europeo, también de 2018, registró 20.532 víctimas de trata. Se notificaron 5.979 enjuiciamientos y 2.927 condenas. Más de la mitad eran explotadas sexualmente, y niñas y mujeres representaban el 68% del total. El 23% eran menores de edad y el 44% ciudadanas de la UE, en concreto, de Rumanía, Hungría, Países Bajos, Polonia y Bulgaria. Los países de donde provenían las víctimas de fuera de la UE eran Nigeria, Albania,Vietman, China y Eritrea.
El Estado encabeza la lista de consumo en la UE
“Prostitución y explotación sexual van de la mano y están íntimamente conectadas. Y la prostitución es un elemento con un claro componente de género y de dimensión social, de tal modo que cada año entre 600.000 y 8000.000 mujeres y niños cruzan fronteras como víctimas de trata y el 98% son mujeres y niñas”, concluyó la magistrada.
El objetivo es engrosar el comercio de la prostitución, del que el Estado español encabeza la lista de negocio y consumo en la UE, y el perfil del demandante es un hombre de 18 a 35 años.