A la gasteiztarra Inmaculada Fuentes, a quien se le ha alejado de su hijo menor tras aplicársele el falso Síndrome de Alienación Parental (SAP), se le agotan los calificativos para describir el maltrato institucional que está recibiendo. El último mazazo se lo ha asestado la jueza del Juzgado de Instrucción número 2 al suspenderle las visitas a su hijo ingresado por un linfoma en el hospital de Cruces, resolución dictada a petición de la Fiscalía.
“¡Devastador!. No sé que hacer ni qué decir”, se desespera. Lo que tiene claro es que recurrirá esta decisión, que es justo la contraria de la que esperaba. Tiene autorizadas visitas con su hijo desde febrero, y precisamente estaba pendiente de un permiso para poder iniciarlas. Lo esperaba con más angustia aún desde el ingreso del menor.
Hasta que concluya el tratamiento
La jueza alega que, al no poder tutorizar las visitas en el hospital, no se autorizarán hasta que el menor concluya su tratamiento. Entonces, se podrán tal vez reunir en un punto de encuentro, lugar donde algunas parejas con separaciones conflictivas reciben supervisión en la interacción con menores.
Fuentes tiene una orden de alejamiento del niño después de que le aplicaran el SAP y su marido les denunciara a ella y a su hija por presunto maltrato psicológico al menor. Este año apenas ha podido ver a su hijo y se le ha impedido tener información directa sobre su estado de salud. Tampoco se accede a su petición de que se evalúe psicológicamente al chaval en un intento de que se revisen las medidas impuestas.
Esta madre protectora ha recorrido todas las instituciones de la capital alavesa en busca de soluciones antes de denunciar el caso públicamente. El periplo ha durado años. Finalmente se ha visto abocada a clamar ayuda por pura desesperación e impotencia.
Los abuelos maternos lo vieron hace un mes durante tres minutos y han tenido que recurrir a la vía judicial para poder visitarlo
“Tortura”
“Y sigo y seguiremos, porque esto ya es una tortura por parte de las instituciones”, señala después de conocer que su hijo fue dado de alta el jueves y desde el viernes, por algo que le sucedió, vuelve a estar ingresado”. Esta alternancia frecuente entre altas y nuevos ingresos es una dinámica que se repite mucho últimamente, según cuenta.
La madre sigue sin disponer de información clara y puntual sobre el estado del chaval. “¿Cómo denominamos a esto?. Que cada cual que saque sus conclusiones”, emplaza.
El menor permanece también separado de su hermana, que no puede estar con él tanto como quisiera, a decir de la madre. Mantienen algún contacto breve en el hospital e intercambian mensajes a diario. Sus amistades tampoco tienen acceso fácil al niño.
Los abuelos maternos lo vieron hace un mes durante tres minutos y finalmente han tenido que recurrir a la vía judicial para poder visitarlo con cierta normalidad. Están a la espera de una resolución.
Concentración contra el SAP
El de Inmaculada Fuentes no es un caso aislado, aunque sí uno de los más sangrantes dado el grave estado de salud de su hijo menor. Las instituciones –la Diputación en este caso- atribuyen a numerosas madres el Síndrome de Alienación Parental (SAP) una falsa figura cuyo uso ha sido censurado por instancias estatales e internacionales, entre ellas el Consejo General de Poder Judicial (CGPJ) o la ONU. Pero se sigue utilizando bajo otras denominaciones como interferencias parentales, desamparo etc. Hay un acuerdo bastante generalizado en considerar su uso violencia institucional, pero los organismos competentes no se quieren dar por enterados.
La Red contra el SAP ha convocado para mañana una concentración en Gasteiz de 11 a 14 horas en apoyo a Inmaculada Fuentes y a otras madres víctimas de este tipo violencia institucional. La acción, convocada bajo el lema ‘No a la violencia institucional’, tendrá lugar en la calle Lascaray, esquina Av. de Gasteiz frente a los juzgados.