Emakunde/Instituto Vasco de la Mujer ha presentado el estudio ‘Arquitectas (in) VISIBLES en Euskadi. La problemática que esconde esta invisibilización’, resultado de la beca concedida por el Instituto a trabajos de investigación en Igualdad de Mujeres y Hombres. El trabajo realizado por la arquitecta Verónica Benedet muestra que las mujeres arquitectas en Euskadi sufren desigualdades de distintas magnitudes en casi todos los ámbitos de la arquitectura, tanto en los espacios de docencia e investigación, como en el libre ejercicio de la profesión, en los puestos de liderazgo y, fundamentalmente, en el reconocimiento social de sus aportaciones.
La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, ha señalado que “la visibilización de las mujeres arquitectas supone no solo un reconocimiento a su labor, supone también que niñas y chicas jóvenes tengan referentes visibles en este ámbito y supone poner sobre la mesa las dificultades estructurales a las que se enfrentan las mujeres arquitectas en su desarrollo profesional”.
Tal y como ha señalado, “la brecha salarial, los techos de cristal, la conciliación laboral y familiar, son problemas que afectan directamente también a las mujeres arquitectas y que impiden en muchos casos que desarrollen su actividad en igualdad con los hombres”. Para ello es necesario, en sus palabras, “incorporar la perspectiva de género en la arquitectura”.
Ámbitos menos valorados
La autora del estudio, Verónica Benedet, ha señalado que “actualmente en la profesión sigue triunfando el modelo competitivo masculino donde se sobrevalora el poder y la autoridad. En este esquema, las arquitectas, a pesar de sus cualificaciones iguales o superiores a las masculinas, terminan refugiándose en ámbitos menos valorados de la profesión”.
Entre las desigualdades que sufren ha citado “su falta de reconocimiento social, el doble esfuerzo que necesitan hacer para lograr lo mismo que los arquitectos, las discriminaciones, sexismos y micromachismos que viven, la exclusión a determinados ámbitos, la brecha salarial y la precariedad laboral, la conciliación y la maternidad como penalidad, etc”.
Las entrevistas realizadas para elaborar el estudio demuestran que a día de hoy estas situaciones siguen siendo bastante frecuentes en la profesión. Las experiencias vitales de las arquitectas entrevistadas han puesto en evidencia también, la exclusión para ellas en algunos de los ámbitos de la profesión por ser mujer.
Aportaciones ocultadas
Tal y como ha destacado, la mayor parte de la arquitectura de Euskadi reconocida ha sido realizada por varones y que no existan referentes femeninos o sean escasos no quiere decir que las mujeres no hayan participado como sujetos activos en el diseño y en la arquitectura. “Las arquitectas están y son muchas, pero lamentablemente sus aportaciones han sido invisibilizadas, calladas, ocultadas, excluidas o penalizadas por esta cultura patriarcal imperante”, ha declarado.
Tal y como ha expuesto, desde finales de la década de 1990, se ha observado un aumento masivo de estudiantes mujeres a la carrera Fundamentos de la Arquitectura en la CAV, superando al porcentaje de alumnos en las últimas décadas. Sin embargo, la feminización en las aulas no tiene el reflejo correspondiente en las instancias posteriores.