Mujeres a la conquista del trabajo decente

Hace algunos años que las mujeres están al frente de las protestas en pos del trabajo digno. La heroica resistencia (y triunfo final) de las trabajadoras de las residencias de Bizkaia y la consecución de sus objetivos en 2017 marcó un hito. Sus más de dos años de la huelga, la movilización más larga de la historia en el territorio, provocaron un tsunami que ha generado numerosas réplicas.

Una de ellas es la vuelta a la calle de las propias trabajadoras de las residencias que el 14 de diciembre 2021 convocaron una huelga contra el “negocio de los cuidados” y para exigir un nuevo modelo en el que la gestión sea pública. Estas trabajadoras prometen seguir luchando con la vista puesta en ese objetivo. Les anima la fuerza y tenacidad que han exhibido en las movilizaciones del último lustro.

La muerte de muchísimas personas mayores en las residencias durante la pandemia ha evidenciado que el plantamiento actual es insostenible, ha supuesto un aldabonazo en la conciencia de toda la sociedad y ha abierto una crisis en el modelo asistencial vigente.

Las trabajadoras de los cuidados y de la limpieza, “esenciales” durante la pandemia, han visto, a su vez, cómo su esfuerzo dista mucho de ser reconocido en mejoras salariales y de las condiciones de trabajo.

Bizkaia

Limpiadoras del Guggenheim

Ejemplo también de perseverancia lo ofrecen las limpiadoras del Museo Guggenheim de Bilbao. De ‘performance’ en ‘performance’, con buenas dosis de humor, claman por la erradicación de la brecha salarial de las limpiadoras de edificios, que es casi la mitad que la de los operarios de limpieza viaria, casi todos hombres.

La limpieza de la pinacoteca está subcontratada a la empresa Ferrovial y el museo asegura que no le corresponde atender a las reivindicaciones de las huelguistas.

En varias ocasiones las trabajadoras han denunciado que se ha conculcado su derecho a la huelga y han denunciado los hechos ante Inspección de Trabajo.

“Cuerpos rotos por los años y cargas de trabajo, y despedidas cuando queda poco para la merecida jubilación”

90 Trabajadoras despedidas por IMQ

Quizás el caso más escandaloso sea el de las 90 trabajadoras de la limpieza de dos hospitales bilbaínos del grupo IMQ, quienes iniciaron una huelga el 7 de diciembre para combatir la brecha salarial y fueron despedidas el 31 de diciembre.

Su denuncia es sangrante: “Alegan que ya no somos aptas para realizar nuestro trabajo. Más de 30 años trabajando con IMQ.  Hemos estado y seguimos estando al pie del cañón en lucha contra la covid 19 con nuestro mayor esfuerzo y voluntad con pocos medios y mucho miedo. Muchas de nosotras contagiadas  con serias secuelas. Cuerpos rotos por los años de trabajo, con cargas de trabajo excesivas, y despedidas cuando quedan pocos años para la merecida jubilación.”

La empresa, que tiene subcontratado el servicio, les ha negado el derecho de subrogación y las ha reemplazado a primeros de este año.

El sindicato ELA, que las representa, anuncia que “seguiremos en pie de lucha tanto jurídica como sindicalmente hasta que sean repuestas en sus puestos de trabajo”.

Foto: ELA

Limpiadoras de la Universidad de Deusto

También las limpiadoras de la Universidad de Deusto, subcontratadas por la empresa Sodexo, llevan movilizándose desde primeros de octubre. Reclaman un convenio propio para acabar con la brecha salarial y la discriminación laboral.

Trabajadoras de las conserveras

El sector de las conserveras está ampliamente feminizado y sus trabajadoras pararon el 30 de noviembre en defensa de unos salarios y condiciones laborales dignas. Protestaban contra el bloqueo en la negociación del convenio y ya habían convocado paros con anterioridad.

El 48% de las mujeres del sector tienen un contrato precario, el 30% un contrato temporal y el 18% un contrato fijo discontinuo. Protestan contra la brecha salarial y para mejorar las condiciones de un trabajo que supone mucho esfuerzo físico entre otros inconvenientes.

Comercio textil y piel

Las trabajadoras del comercio textil, general y piel y calzado volvieron a la calle el 5 de enero en Bilbao para reivindicar que sus derechos “no están de rebajas”. Estas trabajadoras llevan años con el salario congelado y sin mejoras en las condiciones laborales. La patronal CECOBI alega que la covid ha reducido las ventas en las tiendas y que no puede asumir subidas salariales. Pero esto, dicen las trabajadoras, “es una mera excusa”. La facturación por la venta online se ha disparado y las ganancias son millonarias, aducen. Claro que de ellas sólo se benefician las empresas.

Gipuzkoa

Trabajadoras de las residencias

En las residencias guipuzcoanas, las trabajadoras están protagonizando un largo conflicto que dura ya más de tres años de paros intermitentes. A mediados de diciembre cumplieron 255 días de huelga.

Reclaman un servicio digno y de calidad. Denuncian “las brutales cargas de trabajo y la falta de personal”.  Aseguran que “cada trabajadora tiene que cuidar 13 usuarios y son muchas las personas usuarias que pasan, al menos, 12 horas al día encamadas”. La asociación de familiares Senideak las apoya en su lucha.

Servicio de ayuda a domicilio de Beasain

Las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio de Beasain recibieron el pasado día 23 la visita de Olentzero y Mari Domingi. Era la 13ª jornada de huelga desde que comenzó el conflicto hace un año y la última de 2021. Reclaman unas condiciones laborales dignas, tanto al Ayuntamiento de Beasain, como a la empresa adjudicataria, Goxaran.

Son unas 28 trabajadoras con condiciones laborales “muy precarias”, ya que cobran según las horas trabajadas, muy variables mes a mes. La inestabilidad, dicen, repercute negativamente en sus condiciones de trabajo y en el servicio que prestan a los usuarios y usuarias.

FOTO: ELA

Subcontratas de limpieza de la Diputación

El sector de la limpieza también está revolucionado en Gipuzkoa. Las trabajadoras se plantaron el 13 de diciembre ante la sede de su empleadora, Eulen, para exigir la negociación “real” del convenio e impedir la pérdida de poder adquisitivo.

Los sindicatos denuncian que las negociación se iniciaron en mayo y que, a pesar de que estas trabajadoras cobran 6.000 euros menos que las trabajadoras directas de la Diputación por hacer el mismo trabajo, la empresa plantea congelación salarial para el 2021, subida del 1% para el 2022 y del 1,5% para el 2023.

“Durante la pandemia hemos sido esenciales, imprescindibles, ahora somos invisibles”

Araba

Trabajadoras del sector sociosanitario

La trabajadoras de los sectores de residencias y viviendas comunitarias e Intervención Social de Araba se movilizaron en fechas prenavideñas contra los presupuestos de la Diputación. Consideran que las partidas que se les asignan son “totalmente insuficientes” y no mejoran las condiciones de las personas trabajadoras de los servicios sociales “subcontratados, feminizados y precarizados”.

También aquí los recursos públicos son gestionados por empresas privadas a través de contratos o convenios de colaboración con la Diputación, el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Gasteiz. “Durante la pandemia hemos sido esenciales, imprescindibles, ahora somos invisibles”, deploran.

Nafarroa

Huelga por un convenio para la atención a mayores

LAB, ELA, UGT y CCOO han llamado a la huega para este jueves, día 13, a las más de 4.000 personas que trabajan en el sector de atención a la tercera edad, residencias, centros de día y servicios de ayuda a domicilio.

Los sindicatos llevan 7 meses exigiendo al Gobierno de Navarra unas condiciones dignas de trabajo en el sector. Reclaman que se les reconozca el trabajo que desempeñaron “especialmente durante la pandemia, donde se nos ha obligado a poner nuestra salud a merced del virus y donde se nos han arrebatado derechos, (vacaciones, permisos, descansos…)”

La patronal, no sólo no atiende a estas exigencias, sino que “desde su falta de respeto para con las personas trabajadoras y con el servicio que damos, pretende empeorar nuestras condiciones”.

Todo ello bajo la “mirada cómplice de representantes del Gobierno de Navarra, que son incapaces de interpelar a esas patronales para que garanticen unas condiciones y un servicio digno”, lamentan.