«Los hombres tienen que hacerse disidentes del patriarcado»

El psicoterapeuta y activista feminista Péter Szil trabaja por la igualdad entre hombres y mujeres y para erradicar la violencia patriarcal desde hace décadas. Nacido en Budapest en 1951, vivió en Suecia y ha desarrollado gran parte de sus actividades en el Estado español. Fue uno de los iniciadores de la red de grupos profeministas de hombres autocríticos con su rol en el país nórdico. Esta semana visita Euskal Herria para hablar sobre ‘Hombres, pornografía y prostitución’ en distintas escuelas de empoderamiento. Mañana estará en Arrasate (Jokin Zaitegi) y el viernes en Hernani (Casa de Cultura Biteri, 18:30 h. ambos días).

-¿Que relación hay entre pornografía y prostitución?

-La pornografía es la propaganda de la prostitución. Pocas personas conocen la etimología de la palabra pornografía. Está formada por la combinación de dos palabras griegas ‘graphéin’, la descripción de algo; y ‘porné’, que era el nombre que se daba a la categoría más baja de prostitutas en la antigua Grecia y que hoy correspondería a las nigerianas en la Casa de Campo de Madrid. La prostitución tiene a unos seres humanos a disposición de otros, y la pornografía establece la ideología y la enseñanza de la práctica que después se realiza en la prostitución. Su función es la misma: crear objetos sexuales para satisfacer las fantasías de las, entre comillas, necesidades sexuales de unos sujetos siempre invisibles.

-Sujetos invisibles. Tú también resaltas la importancia y la necesidad de poner el foco en el putero.

-Absolutamente. La prostitución no parte de la oferta, sino de la demanda. No comienza con la idea de una mujer de vender su  cuerpo. Es una institución del patriarcado como dominación masculina básica sexualizada. La prostitución se sirve de dos fuentes: la pornografía, que es el instrumento para crear, mantener y aumentar la demanda, y la trata, que es el suministro de la materia prima para la industria del sexo.

“En la pornografía en Internet el morbo y violencia de la pornografía van en aumento constante”

-El consumo de la pornografía ha aumentado de forma exponencial por su acceso libre en Internet.

-La pornografía es un producto que, como cualquier otro, hay que vender constantemente y tiene que presentar nuevas fórmulas. De la pornografía en forma de revistas o películas hemos pasado a la pornografía en Internet y ahí se ha producido un aumento numérico y un cambio cualitativo: el morbo y violencia de la pornografía van en aumento constante. Es la fórmula para seguir elevando el interés y la demanda, y hace un tremendo daño, no sólo a las personas que la consumen, sino también a las mujeres, a las que se les exige que cumplan con las fantasías de la pornografía. Supone, por tanto, una fuente de desigualdad y, además, favorece la falta de higiene sexual y seguridad reproductiva: en la pornografía apenas se usan preservativos, ninguna mujer queda embarazada…

Dificultades para relacionarse con mujeres reales

-¿De qué forma influye la pornografía en las relaciones afectivo-sexuales heterosexuales?

-Es preocupante cómo elementos que se introducen en la pornografía al poco tiempo aparecen en la práctica sexual de hombres, entre comillas, educados en la pornografía y que conciben su concepto del sexo a través de ella. Esos hombres tienen dificultades para establecer relaciones con mujeres reales. Una mujer real, para mí, es aquélla que posee su propia sexualidad. Si la base es la pornografía, no hay posibilidad de establecer relaciones de igualdad y se abre de par en par la puerta a la prostitución, donde sí se satisfacen todas las ideas y prácticas que vienen de la pornografía.

“La adicción a la pornografía está cambiando y dañando la estructura cerebral de muchos jóvenes”

-Se está alertando de que el acceso a la pornografía se produce a edades cada vez más tempranas, en la niñez. Como psicoterapeuta, ¿qué efectos produce en esas mentes inmaduras ese consumo prematuro?

-Como psicoterapeuta y de pareja, y de problemas sexuales, puedo decir que lo que produce es una total inhabilidad para tener relaciones afectivo-sexuales negociadas. Ahí ya entra mi faceta de activista por la igualdad. Se les introduce justo las ideas contrarias a las que queremos para la sociedad: la igualdad, la sexualidad consensuada y en condiciones de igualdad. Los neurólogos están viendo que los constantes ‘zapping’ de imágenes pornográficas y la adicción que eso provoca está cambiando y dañando la estructura cerebral de muchos jóvenes. Los sexólogos, por su parte, están denunciando que, en un número cada vez mayor de chicos,  aparecen muy pronto, a veces incluso antes de su iniciación sexual, disfunciones eréctiles por el uso de la pornografía para masturbarse. La pornografía supone, a su vez, un daño enorme para las chicas.

Chicas chantajeadas por sus chicos

-¿En qué las daña?

-Hace 20 años, las estadísticas ya decían que más de la mitad de las chicas perdían su virginidad, no en actos sexuales que deseaban, sino chantajeadas por sus chicos. Esta situación va en aumento. Las amenazan con irse con otras o con acudir al prostíbulo. Una de mis fuentes para darme cuenta del daño que la pornografía hace, no es la misma pornografía, sino informes médicos que alertan del número cada vez mayor de fisuras anales que aparecen en chicas jóvenes o de infecciones vaginales que vienen del contacto con bacterias del ano, ello porque en esas modas que la pornografía introduce está el sexo anal con pase continuado a la vagina y de allá al ano en vueltas constantes. En las urgencias de los hospitales, aparecen casos de mujeres con paros cardíacos porque los chicos practican lo que ven en la pornografía de estrangular a las mujeres, ya que esto supuestamente produce una contracción en la vagina que hace más placentera la penetración.

“La Policía danesa vio que, cuando en la pornografía se introduce un nuevo morbo, la violencia sexual tienen que ver con esa moda”

-Es decir, que hay una relación directa también entre pornografía y violencia sexual.

-Cuando empecé a estudiar este tema a finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado, en Escandinavia, donde había habido un auge de la pornografía, se dieron cuenta del tremendo daño que produce a nivel social. Por eso, Suecia ha podido ser precursora en la legislación sobre la prostitución que persigue a los puteros y descriminaliza a las personas prostituidas. La Policía danesa, a principios de los años 90, informó de que, cuando en la pornografía se introduce un nuevo morbo, al cabo de meses, los casos de violencia sexual tienen que ver con esas nuevas modas. De la fantasía sobre la mujer ninfómana a la que le encanta tener un pene en cada uno de sus orificios, llegamos al ‘caso de la manada’, que no hicieron otra cosa que poner en escena una película pornográfica, y de ahí hemos ido a los genitales afeitados para dar una apariencia más infantil a las mujeres, a golpes en los culos y en los senos sabiendo que pueden causar en éstos abscesos tumorales, y a la estrangulación y al sexo anal. No sabemos cuál será el próximo morbo.

Humanizar y feminizar la sexualidad

-Apelas a la mayoría silenciosa de hombres que callan ante el fenómeno de la prostitución y sugieres que eso la está legitimando. ¿Qué debería hacer esa mayoría silenciosa?

-En las charlas que estoy dando ahora, lo que hay es siempre mayoría de mujeres, cuando de lo que hablamos no es un problema de las mujeres, sino de los hombres, igual que la violencia doméstica y en las parejas es también un problema de los hombres. En la base de la prostitución y de la demanda, hay un concepto de sexualidad masculino que comparten la vasta mayoría de los hombres que han sido educados para ser hombres y que considera la sexualidad masculina como un impulso biológico irrefrenable y mecánico, en lugar de ser el impulso cultural e histórico que en realidad es. En la práctica, se traduce en una cosa tan fea como que, si a un hombre se le ‘empina’, tiene que ‘meterla’ cuanto antes en algún hueco. Lo que haría falta es un reflexión profunda entre los hombres de ese concepto de sexualidad para humanizarlo y feminizarlo.

“La inmensa mayoría de hombres con problemas sexuales no tienen orgasmos, tienen eyaculaciones”

-¿Y los hombres qué ventaja se supone que obtendrán de esto?

– Yo digo que, en primer lugar, es un tema ético. Si, por la desigualdad, una parte de la población está desempoderada y tiene que ganar poderío, eso quiere decir que la otra parte tiene que desempoderarse, perder privilegios y comodidad. En cualquier tema de igualdad, lo que los hombres ganan es que por la noche cuando se miran al espejo pueden decir que han sido buenas personas. En el terreno sexual, sin embargo, hay mucho que ganar. He tratado muchos problemas sexuales masculinos y la inmensa mayoría de hombres no tienen orgasmos, tienen eyaculaciones. Los hombres tienen que ejecutar algo que se supone que se espera de ellos: que tengan erecciones inmediatas y durareras, que satisfagan a mujeres con el contacto vaginal… Y no hace falta leer a Shere Hite para saber que las mujeres disfrutan más con otras cosas. Los hombres, en lugar de seres que fluyen con otra persona en la sexualidad, tienen que ser atletas sexuales.

-¿Cuál es tu postura sobre la regulación de la prostitución como un trabajo?

-Mi postura es claramente abolicionista. Pienso que legalizando o regulando la prostitución, lo que se legaliza es la actividad comercial, la trata y la actividad de los proxenetas y puteros. Si queremos defender los derechos de las personas prostituidas, tenemos que preservar su dignidad y su humanidad. Recomiendo leer el libro ‘El ser y la mercancía’, de Kajsa Ekis Ekman. Es una periodista de investigación sueca que ha puesto en evidencia cómo la industria del sexo ha inventado la figura de la trabajadora sexual y, para ello, ha hecho un discurso dirigido a diferentes grupos: a las feministas vendiéndoles que la prostitución es empoderamiento de las mujeres; a los sindicatos, diciéndoles que son derechos laborales; a las organizaciones de derechos humanos, que se trata del derecho a las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Una vez más, se invisibiliza a las personas que hacen que exista la prostitución: los puteros.

“En prostitución es absurdo hablar del derecho de las mujeres sobre su cuerpo, cuando esos cuerpos son objetos, no sujetos activos”

-¿Los puteros, los proxenetas y las redes que los sostienen no?

-No es que quiera disminuir el papel de los proxenetas, pero éstos son los mediadores que ejercen la violencia que es la prostitución. El putero delega en el sistema prostitucional la violencia que de otro modo tendría que ejercer él. El putero delega ese trabajo sucio en el sistema prostitucional, en los proxenetas que ejecutan la trata para que él ejerza la violencia sexual, porque es violación ejecutar un acto sexual con una persona que no lo desea. Tengo respeto por los individuos que dicen que consideran la prostitución un trabajo pero, cuando hablamos de la prostitución, es absurdo hablar del derecho de las mujeres sobre su cuerpo, cuando esos cuerpos son objetos, no sujetos activos. En realidad, se oculta que de lo que hablamos es del derecho de los puteros a tener a su disposición a otros cuerpos. La pregunta entonces es si podemos tener un sociedad donde una parte de la población tiene que estar a disposición de otra parte y si queremos llamar trabajo a algo que en todos los demás oficios está prohibido: el acoso sexual, por decir un eufemismo.

“Hay que abdicar de los privilegios”

-Trabajas con hombres en la deconstrucción de la masculinidad. ¿Que es lo más difícil?

-Vender la idea de que su ganancia va a ser sólo ética. Soy muy escéptico con el lema de que todos ganamos con la igualdad. Con la igualdad, de momento, ganarían las mujeres, y los hombres perderían. Pero el feudalismo desapareció, no por las rebeliones de los siervos, sino porque terratenientes bien informados sabían que no se podía modernizar la sociedad teniendo ese sistema. La esclavitud desapareció porque hombres blancos se dieron cuenta de que en una sociedad moderna no se podía mantener ese sistema e incluso ganaron una guerra civil contra quienes querían mantener la esclavitud. Por eso digo que lo que hay que hacer no es renovar la masculinidad. La meta final del feminismo es que no haya géneros, que haya sólo seres humanos, y el mero concepto de masculinidad como algo diferenciado de otro invento que es la feminidad no tiene sentido. Así que no hay renovar la masculinidad, sino que hay que abdicar de los privilegios.

-¿Qué tipo de hombres suelen ser más receptivos a ese discurso?

-Pienso que podemos tener efecto en jóvenes con cierta cultura que luchan, por ejemplo, contra la xenofobia y por los derechos del tercer mundo. A esos se les dice que eso mismo que reclaman vale para las mujeres. El otro gran problema es que lo que mantiene a los hombres en la masculinidad es la presión de otros hombres. Los hombres tienen que hacerse disidentes del patriarcado con todo lo que eso conlleva de persecución y dificultades. Que los hombres entren en la crianza, en lo doméstico, no garantiza la igualdad. La desigualdad es mucho más que eso. Pensando en la huelga del 8 marzo, estoy esperando a que los hombres se pongan en huelga en su empresa para demandar que desaparezca la brecha salarial.