La Red contra el SAP denuncia violencia sobre niñas y niños «con el beneplácito de las instituciones»

La Red de Resistencia contra el falso síndrome de Alienación Parental (SAP) denuncia una violencia constante sobre niñas y niños “con el beneplácito de las instituciones”. En concreto, aseguran que “la aplicación de este falso síndrome es constante y no se colocan los mecanismos adecuados para acabar con esta práctica”.

Las componentes de la red se concentraron ayer en Bilbao, como lo harán todos los últimos lunes de mes, y en su comunicado final denuncian también que recientemente han quitado la custodia de sus tres hijas a una madre para dársela al padre “aun pesando sobre él una condena judicial por agresión a una de las hijas y teniendo un proceso abierto por agresiones continuadas a otro de sus hijos”. Censuran también en este caso al equipo educativo del colegio, “que no solo miró para otro lado, algo habitual en estos casos, sino que negó lo que una de las niñas le había confesado: que su padre les trataba mal”.

Retirada de tutela

Otro caso que denuncian es la retirada de la tutela de sus dos hijas a una madre por parte de la Diputación, “a pesar de contar con una sentencia judicial que le acredita como víctima de violencia machista, mientras se le argumenta que es un peligro para sus hijas por seguir teniendo contacto con su agresor”.

No son los únicos casos. La Red contra el SAP asiste a un constante “suma y sigue. Casos y casos en los que las madres, sobre todo las que denuncian a los padres de sus hijas por violencia machista, terminan, en un giro perverso de los acontecimientos, siendo cuestionadas, culpabilizadas, criminalizadas y castigadas por un sistema que coloca el supuesto derecho de los hombres a tener relación con sus hijas/os por delante del derecho de las y los menores y sus madres a vivir una vida sin violencia”.

Las concentraciones que realizan todos los lunes tienen dos objetivos principales: “El primero es denunciar que este tipo de violencia machista sobre niñas, niños y sus madres solo es posible mediante el beneplácito de las instituciones públicas. Las personas responsables de los espacios de toma de decisión saben, porque numerosos estudios así lo denuncian, que la aplicación de este falso síndrome es constante. Lo saben y no están colocando los mecanismos adecuados para acabar con esta práctica”.

Llamamiento a las afectadas

El segundo objetivo es “llegar a las mujeres que estéis en situación de batalla por la custodia y os estéis sintiendo desprotegidas; a las que sintáis miedo ante la posibilidad de que vuestras hijas e hijos queden en manos del hombre cuya violencia conocéis bien”. A estas les ofrecen su apoyo. El correo electrónico de contacto es: redcontraelsap@gmail.com

Sobre el SAP, recuerdan que “toda la comunidad científica ha negado su existencia; sin embargo, debido a una cultura patriarcal y misógina que coloca constantemente a las mujeres como manipuladoras y perversas, la posibilidad de que sea real, y de que sean las madres las que se lo provoquen a sus hijas/os para dañar a los padres, ha ido calando en espacios de toma de decisión”.

“Ya no utilizan el SAP porque está prohibido pero utilizan madre sobreprotectora, interferencias parentales, preocupación mórbida…”

Violencia institucional

Dos de los espacios más relevantes, aseguran, son la judicatura y los servicios sociales. “Por este motivo, hablamos de violencia machista institucional. Hacer alusión a este falso síndrome en sentencias judiciales o en informes psicosociales está prohibido por ley. Sin embargo, encontramos su utilización constantemente; ya no se utiliza este término (S.A.P.) pues, como decimos, está prohibido, pero se utilizan términos cuyo significado es el mismo: madre sobreprotectora, interferencias parentales, preocupación mórbida… podríamos estar así horas, pues las formas bajo las que se camufla la aplicación de este falso síndrome son infinitas”, refieren.

“El resultado, sin embargo -añaden-, es el mismo: se coloca el foco de la sospecha sobre la madre, siendo ella la que tiene que terminar demostrando que no es un peligro para sus hijas/os. Esto es especialmente sangrante en los casos en los que la mujer ha denunciado o ha verbalizado situaciones de violencia machista. Los hombres violentos están utilizando la obtención de la custodia de sus hijas como nueva forma de violencia machista. Los abogados y abogadas que les defienden lo saben, son cómplices. Deciden ayudar a estos hombres violentos y colocan a su servicio todo su conocimiento sobre el sistema judicial. Así, manipulan pruebas, chantajean, y utilizan sus contactos para agilizar o demorar trámites en función de lo que convenga. Pero estas no son sus principales armas, ni siquiera las más peligrosas. Su principal arma es saber que el sistema judicial se rige por un principio claro, un principio a veces inconsciente y a veces totalmente consciente y legitimado: el déficit de credibilidad de las mujeres frente al exceso o superávit de credibilidad de los hombres”.