MARINA SUBIRATS | SOCIOLOGA Y FILOSOFA 
«La igualdad significa ahora hacer un mundo más vivible»

El capitalismo ha llegado a una fase tóxica y se precisan nuevos esquemas de organización social que aún no se vislumbran. El feminismo, con su planteamiento de poner la vida en el centro, ofrece un “hilo por donde tirar” y de ahí puede surgir un nuevo liderazgo de las mujeres en el mundo.

Así lo cree la socióloga, filósofa y experta en políticas públicas Marina Subirats, quien ofreció recientemente una conferencia sobre ‘Mujeres y liderazgo’ organizada por la escuela para electas Basqueskola, entidad promovida por Emakunde y la asociación de Municipios Vascos Eudel.

Las mujeres, según cree, no sólo pueden, sino que deben convertirse en avanzadilla. “Construir el liderazgo de las mujeres es una urgencia”, apremió como arranque de su discurso. Sin embargo, como dejó claro más tarde, no se trata de liderar por liderar o de hacerlo al estilo masculino mediante una marcada jerarquía y un talante autoritario, sino de imponer nuevos estilos.

Ahora bien, apuntó, no sólo son importantes las formas, sino también el contenido. “Lo importante es el proyecto y teniéndolo el liderazgo viene sólo, porque lo primero es saber para qué queremos el poder y qué queremos hacer”.

“Se nos sigue educando desde pequeñas para ignorar nuestros deseos y adecuarnos a los deseos masculinos”.

Obstáculos para liderar

Existen algunos obstáculos para construir este nuevo liderazgo femenino. Uno es la escasa cantidad de mujeres en los puestos de poder. Todavía somos pocas en algunos lugares y así resulta difícil hacer las cosas de forma diferente. De ahí que comprenda -e incluso lo ha experimentado- que algunas mujeres exhiban estilos de mando autocráticos para sobrevivir y hacerse respetar en los ambientes muy masculinizados.

Otro problema lo constituye el desempoderamiento de las mujeres. A pesar de que desde la Conferencia de Beijing hemos avanzado “hasta niveles inimaginables hace algunas décadas”, todavía hay muchas mujeres que no saben lo que quieren. “El mundo no es nuestro y nadie nos ha preguntado cómo lo queremos y, además, desde pequeñas se nos educa para ignorar nuestros deseos y adecuarnos a los deseos masculinos”.

Incluso advirtió de que “universitarias, con másteres y que han dado la vuelta al mundo, cuando les ofrecen un trabajo, lo primero que dicen es: ‘No sé si podré”. Esos “frenos que todavía nos ponemos” son, a su juicio, producto de una historia de “marginación y debilidad”. Pero, además, “a pesar de los avances en la educación, a las chicas se les sigue transmitiendo inseguridad”, por lo que abogó por una enseñanza que fomente la confianza en sus capacidades, y en cómo construir alternativas al mundo”.

La pandemia, recordó, nos ha mostrado qué es lo importante. “No se ha podido prescindir del trabajo que tradicionalmente se ha asignado a las mujeres, los cuidados”. Hubo que praticarlos, no sólo en casa, sino también en hospitales, distribuyendo comida etc. En cambio, aquello a lo que se le da más valor social, el trabajo productivo, pudo detenerse.

“Resulta que la sociedad más rica de la historia no puede ocuparse de las personas incapaces”

Ese periodo de encierro y restricciones también nos ha permitido darnos cuenta de tantas cosas que funcionan mal y que hay que revisar. “Las personas mayores muriendo en las residencias ha sido una bofetada para toda la sociedad”. Citó también el tener que “colocar” a criaturas de cuatro meses en las guarderías.

“¿Entonces, las mujeres tenemos que volver a ocuparnos de todo eso?”, inquirió. “No -enfatizó-. “Mujeres y hombres tenemos que cambiarlo todo para que tengamos tiempo para eso. Resulta que la sociedad más rica de la historia no puede ocuparse de las personas incapaces”.

Nuevo concepto de igualdad

Subirats cree necesario que la sociedad vuelva a poner en el centro la preservación de la vida y esto no consiste sólo en procrear y cuidar a criaturas y a personas mayores. “Hay que conservar la vida en el planeta en toda su diversidad porque acabar con los recursos naturales es un suicidio colectivo”.

Este giro no lo van a protagonizar los hombres, que con sus valores son quienes nos han abocado a la situación actual, de modo que es “urgente el liderazgo de las mujeres”. Animó a impulsarlo desde las instituciones a partir de las propuestas y el impulso del movimiento feminista. “Las mujeres estamos en el momento adecuado para estimular nuestros deseos y convertirlos en propuestas públicas”, animó.

Recordó que el movimiento feminista está articulando ya ideas para una nueva forma de enfocar la economía que preserve la vida. Paralelamente, está alumbrando a su juicio, un nuevo concepto de igualdad: “La igualdad ha sido siempre hacer las mismas cosas que los hombres y estar en los mismos lugares”. Ahora, en cambio, “significa que queremos hacer un mundo más vivible porque el que tenemos no lo es”.