La escritora feminista nicaragüense Gioconda Belli, de 72 años, se ha exiliado en Madrid, a donde llegó el pasado día 1. Belli se ha mostrado crítica con la dictadura de Daniel Ortega, a la que considera “de la peor especie porque es la de alguien que luchó contra un tirano para sustituirlo”, según declaró a ‘La Vanguardia’.
La narradora sigue la estela de escritores e intelectuales de izquierda que han abandonado ya el país, mientras el régimen aprieta y mantiene encarceladas a muchas opositoras, entre ellas destacadas feministas y sandinistas, facción política de la que ella formó también parte.
La página de una de sus redes, la encabeza una foto de sus compañeras arrestadas, la excomandante guerrillera Dora Téllez, y la líder feminista Tamara Dávila, la abogada y activista por los derechos humanos Ana M. Vijil y Suyen Barahona, presidenta de Unamos, formación opositora a la que pertenecen también las dos primeras. Todas ellas llevan más de seis meses en aislamiento en “las cárceles de la dictadura de Nicaragua”, reza el cartel.
Con dos maletas y pasaje de regreso
Ella misma temía ser una de las siguientes arrestadas. En una publicación en la red social muestra “mucha tristeza por lo que pasa en Nicaragua que, a diario, sufre con el abuso a sus hijos e hijas enjuiciados y encarcelados por pensar diferente” y asegura que “tuve la suerte de haber salido sin imaginar lo que pasaría, con dos maletas y pasaje de regreso, antes de que empezaran los arrestos, y así me salvé de haber sido otra más en la cárcel”.
Los mensajes de apoyo de sus seguidoras y seguidoras fueron abrumadores y ella se mostraba maravillada de haber recibido “tantas bienvenidas” a Madrid, pues “no es cualquier cosa trasladarse a otro país” y “con tanto mensaje dulce y lleno de buenos deseos me siento acompañada en este inesperado salto de la vida”, agradecía.
Recuerda que vivió en esa ciudad, que considera “bella”, de los 14 a los 16 años, “interna en el Colegio de la Asunción, que aquí se llama Real Colegio de Santa Isabel”. En esta nueva etapa, según ‘El País’, trabajará para una institución académica.
