«El corona es un virus, pero la pandemia sigue siendo el capitalismo racista y patriarcal»

Componentes de Bilbo Feminista Saretzen, coordinadora que agrupa a diversos grupos feministas, se manifestó ayer para exigir vidas dignas para todas y un sistema público-comunitario de cuidados que posibilite que estos no recaigan sólo sobre las mujeres.

Para la feministas bilbaínas, la crisis del coronavirus ha hecho aflorar carencias del sistema, dejando en evidencia que “la pandemia sigue siendo el capitalismo racista y patriarcal”.

El concepto de vidas dignas no sólo incluye la responsabilidad colectiva de los cuidados, sino también otras demandas del movimiento como eliminar el régimen especial de las trabajadoras de hogar, vivienda digna, reforzar los servicios de atención a mujeres que sufren violencia machista, abolir la Ley de Extranjería, soberanía alimentaria y una reforma fiscal “para que esta crisis la paguen grandes empresas y fortunas”.

Comunicado del movimiento feminista

(irakurri hemen euskeraz: komunikatua_1106_bfs)

Normaltasun berriari ez! Bizitza duinak denontzat!
Hacia un sistema público-comunitario de cuidados

El virus ha tensionado las costuras de una sociedad ya de por sí enormemente desigual y violenta; ha sacado a la luz la insostenibilidad de un sistema que se preocupa más de que la rueda capitalista no pare, que de defender la vida; y ha ensanchado las injusticias que hace tiempo que denunciamos.

Esta pandemia nos ha enfrentado a la realidad de un sistema que colapsa, y en el que también muchas vidas están colapsando. Las supervivientes del despojo, las atrapadas en las fronteras, las que tienen que tapar con sus manos las grietas del sistema de salud, las que hacen malabares para conciliar, las que cuidan a nuestros mayores, las que se han tenido que confinar con su agresor, o con familias normativas…

Estos días hemos podido comprobar que los trabajos esenciales, los que sostienen la vida, están mayoritariamente desempeñados por mujeres y que en general están mal pagados y se desarrollan con una enorme precariedad. Y también hemos visto cómo los cuidados se confinaban en los hogares, dando por supuesto que las familias, o más bien las mujeres, nos encargaríamos de ellos, a pesar de la sobrecarga que acumulamos.

Por eso decimos que no queremos nueva normalidad, porque para nosotras la normalidad es violenta, heteropatriarcal y racista.

Queremos vidas dignas para todas, y para lograrlo exigimos:

Responsabilidad colectiva en los cuidados: que se amplíe la inversión pública para los servicios públicos y para impulsar las redes público-comunitarias de cuidados.
Dignificar las condiciones de vida y de trabajo de las cuidadoras: eliminar el régimen especial de las trabajadoras del hogar, derecho a paro, fin de la subcontratación en servicios públicos.
Reforzar los servicios de atención a mujeres que sufren violencia machista: que se adapten a un posible rebrote de denuncias durante la desescalada y se preparen por si hay un nuevo confinamiento.
Abolir la Ley de Extranjería: acabar con las redadas racistas y la violencia policial. Regularización y acceso a derechos y servicios.
– Garantizar el derecho a la vivienda digna.
Defender a las baserritarras, la soberanía alimentaria y una alimentación sana y local.
Reforma fiscal para que esta crisis la paguen las grandes empresas y las grandes fortunas. No permitiremos que se vuelva a rescatar a bancos y empresas.

El corona es un virus, pero la pandemia sigue siendo el capitalismo racista y patriarcal. Frente a todas las pandemias, las feministas seguimos organizadas, confrontando la violencia, exigiendo derechos y sosteniendo la vida desde lo comunitario.

Como dicen en Brasil: «Ellos se pusieron de acuerdo en matarnos y nosotras en no morir». Ese acuerdo, hoy, sigue vigente. Y es nuestra oportunidad para un cambio radical.

¡Las vidas negras importan!
¡Vidas dignas para todas!