LARA IZAGIRRE CINEASTA 
«Con ‘Nora’ he querido hacer un regalo a las mujeres»

Lara Izagirre ha estrenado este mes su segundo largometraje, ‘Nora’, nuevamente protagonizado por una mujer joven que emprende un doble viaje exterior e interior. Además de otras muchas virtudes, las películas de esta cineasta de Amorebieta (Bizkaia) tienen la cualidad de presentar personajes y situaciones alejadas de los estereotipos del cine más comercial.

Es especialmente destacable su capacidad de representar a mujeres de carne y hueso con problemas, preocupaciones e ilusiones muy reales. Figuras con carisma y poder sobre sus vidas.

Con este último largometraje, además, ha buscado ofrecer a la audiencia sensaciones agradables que contrarresten la ola de negatividad que ha supuesto la pandemia.

-¿Cómo te sientes tras el estreno de ‘Nora’? ¡Ha tenido buenas críticas!
-¡Que alegría me das! En general, las críticas que he leído son, en su mayoría, muy favorables. Algunas, especialmente bonitas, incluso emotivas. Está funcionando muy bien en sala, que es lo que a mí me gusta: en los coloquios, en las presentaciones… Los mensajes de lo que ha generado el ver la película… Y me quedo con eso, me quedo con el público.

-Así que muy contenta.
-Esto es un milagro después del verano tan malo que han tenido las salas de cine, los aforos del 35%… Creo que es momento de estar agradecida. Ha sido un viaje superlargo. Desde que escribí las primeras palabras del guión han pasado seis años y desde que llegó la pandemia se ha puesto todo muy difícil y ya está: hemos llegado al objetivo, las salas de cine, y que la gente la pudiera ver bonita, en pantalla grande, que la escuchara bien y que la disfrutara. Estoy muy feliz.

“Me interesan las pausas en la vida”

-Has señalado que hacer una película ‘bonita’ ha dificultado la financiación. ¿Qué historias interesan a las productoras?
-Es difícil defender una historia bonita y me decían muchas veces que no contaba nada, que no contaba grandes dramas. También en algunas críticas me dicen que le falta drama. Buscan historias como más grandiosas, en las que ocurran cosas más dramáticas.

A mí, como directora y guionista, eso no me interesa. Me interesa la pausa, las pausas en la vida. Los momentos más dramáticos de ‘Nora’, por ejemplo, se cuentan por elipsis. Vemos la consecuencia del drama, que es ese viaje que emprende la protagonista.

-Me parece que hay una gran diferencia entre cómo reflejan las mujeres a otras mujeres en el cine y cómo lo hacen los hombres, que son los grandes productores.
-Creo que las mujeres no tenemos miedo a contar las historias de otras mujeres. Tampoco tenemos miedo a contratar a otras mujeres y eso hace que esa mirada de mujer o de directora no corra peligro. Por suerte, en esta película, casi todas las productoras somos mujeres y no he tenido que defender esa mirada femenina, sino que la entendíamos todas como una mirada propia con la que conectábamos.

Es verdad que en las grandes productoras, como no hay muchas mujeres, ven como extrañas las miradas que se alejan de la mirada masculina dominante. Eso nos lo pone un poco difícil, pero cada vez hay más mujeres produciendo y son supernecesarias. Cada vez hay más directoras contando sus historias y vamos a conseguirlo. ‘Nora’ ya es un pasito dentro de esta industria del cine vasco. Además, hacía mucho que no había una película en euskera dirigida por una mujer y eso ya es mucho. Estamos aquí y ojalá abramos camino.

Cine feminista

-¿Consideras feminista tu cine?
-Yo soy feminista y diría que intento dibujar a mujeres diversas e intento darles su lugar, que intento defenderlas desde su complejidad y, en el caso de ‘Nora’, desde la luz. Es una película muy luminosa y la protagonista mira el mundo desde la luz en esta época un poco oscura y creo que es un regalo para las mujeres porque la están disfrutando muchísimo en las salas.

Dicen: mira esta chica es normal, es como nosotras, y eso es algo que he querido defender. Las mujeres en el centro, con su espacio, con su forma de estar, de acertar, de equivocarse.

Me queda que vengan las compañeras feministas y que opinen sobre la película, pero creo que hemos dado espacio a las mujeres y eso es bueno en nuestra industria.

“Soy una amante de la belleza de lo cotidiano”

-Tus relatos se presentan de forma sencilla pero son sugerentes y tocan temas de calado: la búsqueda de sentido y de autorrealización, la muerte, la precariedad juvenil etc. Y luego preocupaciones muy femeninas: las relaciones afectivas, la maternidad, el cuidado…
-Lo que me interesa de la vida y se refleja en mi cine es lo cotidiano. Soy una amante de la belleza de lo cotidiano, y las preocupaciones que aparecen en mis películas son las que atraviesan mi vida: en ambas películas hay un desasosiego de las protagonistas con el lugar en el que están y hay una búsqueda en ellas, quieren darse una oportunidad para encontrar un sitio donde se van a sentir mejor, una forma de vivir y de estar más acorde con su personalidad.

Los cuidados están en ambas películas. Nora esta cuidando al inicio y me interesaba dibujar este tema con su complejidad. Es una carga, son no remunerados, pero también, en el caso de ‘Nora’, es una amistad con quien a ella la entiende, que es su abuelo. Es unir esas dos cosas, el peso de los cuidados pero también ese amor unido a los cuidados que hace difícil muchas veces para las mujeres el decidir dónde colocarnos.

Y cuando el abuelo muere inicia esta ‘road trip’, donde ella se coloca en el centro por primera vez y lo mismo que coge el volante del coche coge el volante de su vida y creo que es muy bonita la película porque, de forma un poco inconsciente, ‘Nora’ se atreve a preguntarse a sí misma qué quiere hacer honestamente y qué es lo que es.

Creo que para las mujeres ha sido muy difícil hacernos esas preguntas y eso está en ‘Nora’ y creo que también estaba en ‘Un otoño sin Berlín’ de otra manera. Esa primera película es mi parte otoñal, como de mirarse hacia adentro, y ‘Nora’ es mi parte veraniega más extrovertida, más luminosa, pero al final son mujeres que buscan y se buscan, y a mí es lo que me gusta ver en otras películas y en las mías es donde me siento cómoda.

Paisaje vasco

-‘Un otoño sin Berlín’ está rodada íntegramente en tu pueblo natal, Amorebieta, y en ‘Nora’ no te alejas de Euskal Herria. ¿Es una cuestión de presupuesto o hay otras razones?
-Por el momento, es una cuestión de que las historias no me piden salir de aquí. En este caso, empieza en Amorebieta otra vez y llegamos hasta Hendaia, Iparralde. Me apetece quedarme aquí cerquita. Creo que todavía hay mucho que mostrar en el cine de nuestros paisajes.

Por ejemplo, Bizkaia no está muy visto. Gran parte del viaje es Urdaibai. Por el momento, el cuerpo no me pide ir lejos. El personaje también está viviendo un duelo, aunque lo haga de forma luminosa y bonita, y para eso me parecía más honesto estar cerquita. La película es en euskera y el idioma funciona para ella como casa en la película.

Por eso, aunque cruce la frontera, como sigue hablando en euskera con las personas con las que se encuentra, creo que era importante no alejarnos geográficamente de su Amorebieta natal y que la historia transcurriera en una espacio geográfico seguro para ella.

“Me gustaría que hacer una película no fuera como subir al Everest en invierno y sin oxígeno”

-¿Alguna idea ya para la próxima película?
-Me apetece contar desde el principio la historia de unas mujeres que son libres. Una juerga de la libertad. Me interesan mujeres sin culpa, que ya saben donde están. Me apetece divertirme mucho y que no sea culpa, duda y tanta búsqueda, sino que ya se han encontrado y viven la vida desde la libertad. Creo que podría funcionar como una trilogía con las otras dos.

-¿Algún sueño como cineasta?
-Me encantaría que todo fuera un poco más fácil. Que conseguir hacer una película no fuera como subir al Everest en invierno y sin oxígeno, que fuera más como el Camino de Santiago, pero la dificultad es máxima, y a veces te lo planteas, porque el precio en tiempo dedicado y restado a la familia y a otras aficiones es alto, y creo que eso con un poquito de feminismo en la industria del cine podría llegar.

-¿Aparte de la financiación, que otras dificultades encontráis?
-Los festivales, a qué secciones nos invitan, a cuántas nos dan la oportunidad de estar en los más importantes, las subvenciones públicas, la distribución en salas de cine, cómo comunica el periodismo nuestras historias… Todo el proceso está atravesado por dificultades.